Capítulo 121 - Frente a frente

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Capítulo 121

FRENTE A FRENTE

Carlos Ignacio Restrepo, el hombre que venció a la muerte, el que hizo de sus enemigos simples tiras de carne y se vanaglorió de sus éxitos disfrutando de una victoria homicida, y al mismo tiempo, el mismo que salvó al pequeño inocente del funesto final de sus cuidadores, a quienes mató sin piedad por unos cuantos pesos y la promesa de un rápido ascenso.

-La buena acción no te llevara al reino de los cielos – Masculló Carlos, al voltear y encontrarse frente a frente con El Mazo, un padre dispuesto a caer en la hoguera, con tal de satisfacer su sed de sangre. El colombiano bajó la vista una milésima de segundo, reponiéndose del súbito estupor que le causó su voz.

-¿Cuánto tiempo hace de la muerte de Abraham? ¿Siete años?... Debiste morir ese año, bastardo asesino – El Mazo, no estaba solo, tras de sí fueron colocándose e discreta distancia su sequito de matones armados.

-Admite que tú hijo metió la pata – No era una frase gentil, ni presumía de escusa – Abraham, tocó la mercancía, y pretendía robársela como un vil ratero. En otros tiempos se amputaba el miembro de un ladrón comprobado. Yo simplemente reforcé mi concepto de esa ley.

-A mí me interesa darle rienda suelta a la mente, y tal como tú lo hiciste, voy a experimentar placer haciendo justicia de la manera más asquerosa que puedas imaginar – Le hizo un gesto a sus hombres para que rodearan al objetivo – A ver cómo te libras de la muerte...

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-Ya no hay huellas que seguir. Tenemos grava dura y maciza en una empinada pendiente que se bifurca – Contreras, estaba agotado, temeroso de la ruta a escoger.

-Nos dividiremos. Cinco hombres hacia la ruta de la izquierda, y cinco hacia la derecha. Yo opto por continuar cuesta arriba – Braulio, fijó la vista en el sendero que ascendía en dirección al templo de Tiberio. - Bastante teatral si escoge acorralarse a sí mismo, puesto que no hay retorno que lo libre de la ley.

- A menos que se lance al vacío y prefiera una muerte rápida. Eso sería digno de contarse.

-Contreras, no lo decretes. Necesito a Carlos Ignacio Restrepo vivo – Expresó, Braulio, ascendiendo con rapidez. La premonición del final le hizo palpitar el corazón con fuerza. Su compañero era ajeno a la historia familiar, en su mente era Carlos otro delincuente en la mira de la D.E.A.

-Dame un chance hermano- Proclamó en su mente, mientras subía agitado por la estrecha escalinata.

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El Mazo debía asegurar la presa, así que disparó directo a las piernas del Patrón que cayó sin control, golpeando su cabeza contra el pavimento.

-Revisen al colombiano, quítenle cualquier arma que tenga. Incluso estando en el suelo me causa mala espina- Sus manos continuaron apuntando, y en su faz una malévola sonrisa se filtró – Por fin eres mío.

-¿Y qué harás conmigo? – Le preguntó entre gruñidos de dolor amortiguados por la presión de la cara contra el piso.

-Lo mismo que le hiciste a mi hijo, por supuesto... - El cuerpo indefenso de Carlos se halló rodeado de mejicanos que le miraban con lascivo interés – Conténganlo, que este trabajo lo hare en persona – Impuso El Mazo, a su equipo.

-Que así sea, entonces. Nos iremos juntos al Infierno – Le correspondió extendiendo con esfuerzo otra sonrisa. El Patrón había sido volteado a la fuerza por varios sujetos. Su cara estaba hinchada y sudorosa, pero su temple se mantuvo inalterable – ¡Estoy listo! – Le retó.

- Yo también...-Dijo El Mazo, sacando de su bolsillo un afilado cuchillo que guardó durante varios años para esa ocasión.

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora