❄29: Renacer.

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Recuerdos...

Abandoné la casona con los primeros rayos matutinos, dejando atrás todos los recuerdos de una vida feliz y de una familia amada, así como las imágenes de la masacre sucedida en ese lugar.

La escasa luz del amanecer me guiaba fuera del lugar. Sabía que no tardarían en llegar los pacificadores, y no quería que me encontraran.

Estaba seguro de que era lo mejor evadirlos.

Una vez en el bosque, miré al cielo recibiendo los primeros y débiles rayos de sol.

Aún había esperanza.

Hasta ese momento, solamente había alternado entre mi forma humana y la híbrida. Ahora que estaba
completamente liberado podía transformarme en un auténtico lobo.

Alguna vez, papá me había dicho que era un estado algo difícil de manejar ya que la parte animal podría tomar el control por completo y llegaría a perderme en la bestia.

Me arrepentí de no haberle preguntado más sobre todo aquello que implicaba ser yo.

Pensé en mis posibilidades, ya no tenía a nadie, era el último Lobo Siberiano y quizás debería descubrir solo y por mi cuenta lo que significaba.

Entonces caí en cuenta de que había alguien que conocía a mi padre mejor que nadie y podía orientarme en eso.

Estaba seguro de que se encontraba en la ciudadela y así podría, además, ver a Yuri nuevamente.

Aceptando el riesgo, cerré los ojos y dejé que el lobo se liberara, tomando mi cuerpo y transformándolo hasta
adquirir la anatomía de un lobo.

Bajo esa forma podría buscar mejor a Yakov.

Al principio, aún podía manejar mis pensamientos a plena conciencia de ellos así como descubría nuevas habilidades bajo esa forma. Podía correr con mayor velocidad ayudado por mis patas delanteras, mis movimientos eran mucho más ágiles y fuertes y mi resistencia había aumentado considerablemente.

La ciudadela no quedaba muy lejos, si me apresuraba, llegaría al anochecer.

Un enorme muro de piedra maciza y oscura rodeaba la pequeña ciudad a modo de claustro, custodiado por un
grupo de personas dispuestas alrededor del mismo, tanto sobre este como en tierra firme. No habían escatimado en recursos humanos para la protección del lugar y al verlo supe que mi familia no había sido la única atacada.

Escondido entre los matorrales, me dediqué a escuchar un poco sobre el reporte de uno de los superiores.

—Aún llegarán sobrevivientes.

—¿Aún?

—¿Le molesta eso, soldado?

—Señor, no señor. Es solo que me sorprende considerando que la capacidad de la ciudadela puede ser superada, señor. El sargento se acercó a su subordinado, tomándolo por el
cuello del uniforme y aproximándolo a él.

—Esta ciudadela fue construida para albergar al menos a cuatro mil personas y ahora mismo estamos recibiendo a los sobrevivientes de tres naciones enteras. Tres naciones
reducidas a solo cuatro mil personas y quizás un poco más. Tres naciones que fueron devastadas y solamente tenemos informe de estas ignorando la masacre que se dio ayer en todo el mundo por parte de los Tigres Blancos. ¿Tienes idea de lo imbécil que suenas cuestionando estadísticas cuando hay vidas en juego?

Soltó al joven quien trastabilló de vuelta a su lugar.

—Escuchen bien; a estas personas no les importa si la ciudadela solo puede albergar a cuatro mil. Para estas
personas, salvarse es un milagro y sus vidas deben ser resguardadas. Esa es la misión de los Pacificadores.

HUNTER OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora