☂69: Todo por él.

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Sin pensarlo mucho y llevando solo un par de abrigos como equipaje, abandonamos la madriguera para dirigirnos a las afueras de la ciudadela más cercana y empezar nuestra travesía.

Viktor tuvo que viajar en el remolque, escondido, ya que las carreteras se encontraban atestadas de camiones
transportando personas.

—¿Más ataques? —pregunté a Phichit en el camino. Eran demasiados.

—En realidad, es algo que ya se ha iniciado hace un tiempo. Es el proyecto final del Alto Mando de los Pacificadores en conjunto con el Gobierno de la Ciudad Central; el Proyecto del Nuevo Edén.

—¿Nuevo Edén?

Suspiró descansando sobre el volante mientras esperábamos que la larga línea de camiones avanzara.

—Es un proyecto final de aislamiento, separación y protección para omnívoros y herbívoros. Si bien las villas son una zona segura, son solamente una antesala a La ciudad del Nuevo Edén, cuyo acceso se encuentra hiper controlado y restringido. Es algo difícil de explicar, pero cuando Misha esté con ustedes de nuevo, veremos por la posibilidad de reubicarlos en ese lugar. Solo que... —Torció los labios—. Bueno...

—No aceptan carnívoros, ¿verdad?
Suspiró con pesadez.

—Podemos demostrar que ni Viktor, ni Misha ni Yurio son agresivos. —Avanzamos unos cuantos metros y en un poste pude ver el rostro de Viktor. Se veía dramáticamente agresivo—. Ok, quizás deberíamos pensar en algo mejor. ¿Crees que tu esposo esté de acuerdo con teñirse el cabello o someterse a una pequeña cirugía? Incluso podríamos disfrazarlo de mujer.

—¡Phichit!

—Solo bromeaba.

—Te escuché —dijo Viktor desde la pequeña ventanilla que conectaba la cabina con el remolque.

Giré sobre mi asiento para mirarlo y nos acercamos tanto como pudimos para besarnos entre el alambrado de la ventanilla.

—Cielo, compórtate —pedí—. Ya llegaremos.

—En realidad es un viaje de cinco días, faltan tres —- continuó Phichit haciendo que entornara los ojos. Cuando quería molestar a Viktor, sabía muy bien cómo hacerlo—.
Escóndete, se acercan oficiales.

Viktor obedeció luego de gruñir.

Desde que me había marcado, ambos sentíamos una profunda y constante
necesidad de estar juntos. Era la mezcla de todos esos lazos que como hilos se unían formando una cuerda que nos envolvía.

Llevé una mano hacia la marca en mi cuello, acariciándola con cuidado y sonriendo. El viaje fue largo y cansador.

Cuando llegaba el momento de acampar, verificábamos el lugar para ver que no hubiese nadie cerca. Una vez seguros, dejábamos a Viktor libre y como era de esperarse, su primera reaccion consistía en abalanzarse sobre mí.

Pensándolo bien, el único que dormía era Phichit ya que él conduciría. Nosotros pasábamos todo el tiempo que pudiésemos abrazados, besándonos y sintiendo al otro. Ya
dormiríamos durante el viaje. Por otro lado, notaba que Phichit recurría cada vez menos al suero para estabilizarse. Era como si su cuerpo cambiase de nuevo, poco a poco al de un omnívoro.

—Como no probé carne, el ciclo se hizo reversible —- confesó el último día de viaje—. Creo que algo similar
sucedió contigo.

—Ya veo —contesté mirando por el camino. Llovía y las gotas se estampaban contra el vidrio formando pequeños torrentes. Pensaba en mi hijo, ¿estaría abrigado en estos momentos?—En unas horas verás a Misha. Debes sentirte muy feliz por eso.

HUNTER OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora