😾Kotik~9

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Mientras el sol descendía pintando la tarde con sus colores vespertinos y tiñendo la piel de Yuri de un tono naranjo, él mantenía mi mano derecha sujeta con su izquierda. Sus finos dedos me apretaban en momentos determinados, coincidiendo con un aumento en la temperatura de su cuerpo y concentración del olor.

Eran los pulsos hormonales que su cuerpo soltaba y lo sumían en una incómoda situación para él, pero muy agradable para mí.

Muy agradable... quizás demasiado.
Buscaba algún tema de conversación en mi cabeza.

Sabía algunas cosas sobre él, pero no las suficientes para hablar por más de media hora. Esto era en parte por su desconfianza y en parte por mi naturaleza reservada. En el fondo sentía que no debía encariñarme con nadie.

Había perdido a mis padres años atrás, así como a mi tutor.

Había llegado a sentir que siempre perdería a las personas queridas y eso dolía. Relacionaba el afecto a la pérdida y al dolor, motivo por el cual intentaba mantener una actitud estoica y el corazón helado. Miré su rostro, perdiéndome nuevamente en sus pestañas descoloridas, contándolas inconscientemente.

Una, dos, tres...

En unos días lo llevaría hacia la Ciudad Central, o eso creería Seung. Pensaba en alguna excusa, algo para que él pudiese escapar.

Cuatro, cinco, seis...

Pero dado el caso, si el escapaba lo buscarían y correría el mismo destino de otros carnívoros. Otro pacificador no sería tan... tonto como lo era yo.

Siete, ocho, nueve...

Sí, era tonto. Estaba tomando la mano de un carnívoro, de alguien que bajo otras circunstancias hubiese asesinado a sangre fría sintiendo algo de regocijo en mi corazón.

Diez, once, doce...

Aunque ni la muerte de todos los carnívoros traería de regreso a mi familia.

—¿Por qué me miras tanto? —Preguntó repentinamente, girándose sobre su costado sin soltar mi mano—. ¿En qué piensas?

Parecía enojado, pero era su forma ruda de ser y yo ya había aprendido a lidiar con eso. Admito que me sentía especial por algo tan pequeño.

—En la misión de llevarte a la villa.

—Ya veo. —Posó su mirada de color esmeralda sobre nuestras manos—.Oye…

—¿Hmm ?

Dudó antes de preguntar. Él era tan duro para mostrar debilidad. Vi como sus labios hicieron un puchero mientras debatía internamente. Luego de un par de segundos que parecieron una eternidad finalmente decidió hablar.

—¿Te molesta?

—Para nada —contesté—. ayuda a sobrellevarlo.

Suspiró como si no le convenciera la respuesta obtenida.

Vi un par de orejas de felino aparecer entre sus cabellos, moviéndose graciosamente hacia los lados y al frente.

—¿Qué haces?

—Al otro Yuri le servía... se animaba cuando Viktor hacía esto —dijo.

Entendí que intentaba animarme.

—Gracias por intentarlo —murmuré sintiendo mi rostro extraño, enrojeciendo quizás—. ¿El otro Yuri?

Llevó la mano que tenía libre contra mi costado y como un gatito empezó a amasarme.

HUNTER OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora