Recuerdos...
Tuve un sueño, que en realidad era más un recuerdo.
Pertenecía a la noche en la que Yuri, armado con una tímida y dulce sonrisa además de un dulce brillo en los ojos y diez estrellas de papel, me anunció que estaba esperando un
bebé.Mi primer impulso fue el de abrazarlo. Ese sueño era tan vívido que podía incluso retornar a ese momento, sentir la textura de la lana que componía su suéter bajo mi barbilla así como el calor de su mejilla contra la mía.
Recordaba el sentimiento.
En realidad, parecía que volvía a vivirlo; esa inmensa alegría que derretía mi corazón, esas lágrimas de felicidad que amenazaban por caer por mis mejillas, esa sonrisa enorme que no se borraba jamás de mi rostro y hacia que mis mejillas dolieran.
Pocas veces había sentido una felicidad tan pura y tan perfecta, y aunque ese día fue bastante estresante, se iluminó por completo tras la noticia de que iba a ser papá.
Recordaba cómo había leído varias veces el papel, recordaba cómo fueron fracciones de segundo en las que mi cerebro no procesaba la información.
¿Papá?
¿Vas a ser papá?
¿Quién?
¿Yo?
¿Cómo?
¿Yuri iba adoptar un bebé?
¿Adoptaríamos a Yurio?
¿Yuri estaba embarazado?
¿Cómo?
Digo, sí sabía como pero...
¡¿Cómo?!
Millones de pensamientos cruzaron por mi cabeza hasta que hice "click".
Iba a ser papá.
El amor de mi vida llevaba un
bebé en su vientre.¡Mío!
¡Un bebé mío!
Seriamos padres, ¿Cómo se reacciona en esos momentos? Aunque fuera
imposible, sentía que mi corazón crecía y un calor lo inundaba esparciéndose por todo mi cuerpo, era feliz. Más que feliz, ese momento fue perfecto.—Entonces... ¿no estás enojado? —preguntó regresándome el abrazo.
—-¿Cómo podría estarlo, mi amor? ¡Es la mejor noticia que podría recibir! —contesté inclinándome un poco para
levantarle en brazos y llevarlo a nuestro nido.Era el mejor lugar del mundo, nuestro refugio y recordatorio de cuánto nos amábamos.
—¿Cómo será? ¿Cómo será? —preguntaba emocionado acomodándome sobre el cuerpo de mi esposo mientras mi mano se deslizaba delicadamente por su vientre plano y
tibio, acariciándole mientras pensaba en múltiples posibilidades.Parecido a él, parecido a mí.
Niño, niña. Sus ojos, mi cabello. Mis ojos, su cabello.
—Lo hicimos con mucho amor, así que será un lindo bebé.
—Será precioso —murmuré antes de besarle repetidas veces en los labios-. Como su mami.
En ese momento, aunque aún fuese solo una pequeña bolita de células que intentaban proyectar la forma de un humano, para mí era lo más hermoso sobre la faz de la tierra. Y estaba formándose dentro de Yuri, protegido y resguardado del
mundo.