Si no sucede hoy, no será nunca.
No estoy nerviosa. O eso creo. Me genera un poco de ansiedad pensar en las consecuencias de un mal sexo en lo que tenemos, pero quiero intentarlo. Después de todo, Andrés ha sido el protagonista de muchas de mis fantasías sexuales.
Lo amo, por eso sé que si algo va mal, lo intentaremos de nuevo.
Lo espero en su cama, contando los minutos que le falta para volver a casa. Casi salto en un pie cuando escucho que la puerta principal se abre, compruebo que es él cuando entra en la habitación, es su silueta, pero no me ha visto porque está completamente a oscuras.
—¡Bu!
Aprovecho en asustarlo.
—¡Ay, carajo!
Estallo de risa, sin poder contenerme, Andrés casi pegó un salto del susto, y eso ha sido más que suficiente para mí. Él, escandalizado, va a encender la luz.
—¿Te has vuelto loca, Lucy? —se pellizca el puente de la nariz, algo enojado— ¿Por qué fue eso?
Me gustaría contestar, pero no puedo parar de reír.
Al verme así, ya solo puede sonreír.
—Lo siento. ¿Cómo te fue en el trabajo?
—No me gusta hablar del trabajo.
—Entonces —finjo inocencia, acariciando sus brazos— ¿Qué hacemos?
Andrés me sonríe, tomándome de las mejillas para besarme. Su beso lo dice todo, y de inmediato, le rodeo el cuello con los brazos, esperando expectante cada movimiento de sus labios sobre los míos. Hay delicadeza y dulzura en sus roces, pero sus manos no pueden fingir la misma serenidad, se pierden bajo mi camiseta, tocando mis senos, manoseándolos hasta que me arranca gemidos.
Termino contra la pared. Andrés me carga, y envuelvo mis piernas en su cintura, lo siento duro, y a mí más húmeda.
—Quiero follarte, Lucy —susurra, descendiendo sus besos por mi cuello, suspiro, a gusto, sintiendo sus dedos colarse bajo mi sujetador, tocándome los pezones—, pero si no estás lista...
—Shh.
Dejo caer la cabeza contra la pared, sintiendo los roces desesperados hechos aún con la ropa puesta. Andrés no tiene que sujetarme porque estoy bien agarrada a él, entonces usa sus manos libres para acariciarme.
Sus manos son las que buscan, inquietas e indecisas por el lugar en el que se quieren quedar. Pasean por mi cuerpo de la misma forma en la que lo hicieron el primer día; con el mismo deseo, con la misma curiosidad.
ESTÁS LEYENDO
El Único Eclipse (HDP #1)
RomanceLa vida de Lucia Fernández no ha sido fácil; desde que nació, estuvo llena de desatenciones, de personas pasajeras entrando y saliendo de su entorno cercano, y de un Daniel Beckett que no se ha detenido con sus constantes insinuaciones y abusos haci...