Ahora siento su calor bajo las sábanas, él ya está completamente dormido después de toda la faena. Mi cuerpo me exige seguir su ejemplo, quiero dormir, estoy bastante cansada, no solo porque ya es de madrugada, también es gracias a que, pues bueno, el sexo y todo eso.Él me hace feliz, y eso me asusta. Sobre todo teniendo en cuenta todas las cosas que voy a tener que pasar una vez mis amigos se enteren de esto, si ya lo sabe Andrés, no dudo que los demás lo sepan pronto.
Sin contar que cuando mi mamá lo descubra, pondrá el grito en el cielo. Elena vive en su realidad alterna con respecto a mí, sé que no soy la hija que quisiera tener, eso ya es bastante duro de soportar, pero lidiar con el espejismo que ella misma inventó de mí es demasiado. Le he ocultado mi vida como he podido, y la verdad, tampoco ha insistido en conocerla.
Como si mis pensamientos fueran capaces de levantarlo, Ethan se mueve en la cama. Siento su peso hundiendo ligeramente el colchón antes de que su pecho se pegue a mi espalda. Inmediatamente, uno de sus fuertes brazos me sostiene, atrayéndome a su cuerpo. Ha escondido su rostro entre mi cuello y hombro, de tal forma que puedo escuchar el sonido de su respiración.
Es una maravilla estar así.
—¿No puedes dormir?
—No —consigo murmurar, sintiendo sus dedos acariciando mi brazo con suma delicadeza—. No te preocupes, sigue descansando.
El grandote hace unos de sus sonidos de animalito, uno que queda amortiguado por lo escondido que está en el rincón de mi cuello. Pronto, me aprieta contra su cuerpo, es como si necesitara tenerme cerca.
—¿Todo está bien, gatita? —Ethan empuja su frente contra mi cuello como si reclamara su espacio.
—Sí, claro. Anda, sigue durmiendo.
Suspira, besando mi cuello con ternura antes de que sus manos resbalen por mi silueta. Parece sumamente agradecido de que esté aquí con él, hace que me sienta apreciada, querida, como ningún chico consiguió.
—Eres tan cómoda —murmura, a punto de quedarse dormido.
Está apretándome con más fuerza, inmovilizándome donde estoy. Su agarre es fuerte hasta que poco a poco, se hace más y más débil, a causa de su sueño. Su respiración también cambia, lo siento por culpa de su aliento deslizándose por mi cuello.
Cierro los ojos, percibiendo el momento de dulzura que estamos compartiendo. Mi corazón parece a punto de estallar, a pesar de lo silenciosa que se encuentra toda la habitación.
Las mantas nos cubren, pero no son ellas las que me dan calor, sino el cuerpo cálido de Ethan junto al mío. Es una sensación nueva, pues porque nunca habíamos estado así, dormimos juntos antes, con algo de ropa. Ahora, estamos muy desnudos, y después de todo lo que hemos hecho, la situación se vuelve más intenso de lo que realmente es.
ESTÁS LEYENDO
El Único Eclipse (HDP #1)
RomanceLa vida de Lucia Fernández no ha sido fácil; desde que nació, estuvo llena de desatenciones, de personas pasajeras entrando y saliendo de su entorno cercano, y de un Daniel Beckett que no se ha detenido con sus constantes insinuaciones y abusos haci...