Capítulo 61: Amor

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—¿Dónde estuviste toda la mañana? —Jake se sienta a mi lado, robándome uno de los arándanos que comía—

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—¿Dónde estuviste toda la mañana? —Jake se sienta a mi lado, robándome uno de los arándanos que comía—. Te desapareciste por un buen tiempo.

—Con Laura —respondo, con la boca llena—. Me llevó a...

¿Debería decirle que estaba con Laura en el consultorio de la ginecóloga, o mejor me lo guardo para mí?

Se siente como algo muy íntimo como para andarlo compartiendo. Por lo menos, por ahora.

—...caminar por el parque. Ya sabes, para purificar los pulmones y todo eso —mi mentira sale demasiado creíble cuando ni siquiera la pensé bien.

La forma en que sigue robando mi fruta en las narices me hace sonreír. Pienso en Liam, en que él también se comía buena parte de mi merienda descaradamente.

Lo extraño mucho.

Si por lo menos, supiera que está bien, creo yo que me sentiría más tranquila. Pero no nos ha dado ninguna señal de vida desde que se fue, y de eso hace ya unos meses. No sé si podremos seguir esperando a tener noticias.

—Oye, ¿Ayer discutiste con Andrés? —pregunta, sacándome de mis pensamientos—. No lo vi por aquí anoche.

—No discutimos. Solo quedamos que, si queremos seguir siendo buenos amigos, tenemos que comportarnos como tal.

—¿Entonces se acabaron los besitos? —pregunta el muy descarado, tocándome los ovarios más de lo debido—. Ustedes se están quedando con las ganas, no lo niegues.

—Melocotón, quién pensaría que con esa carita de ángel que tienes, andas haciendo esas preguntas —aunque, debo reconocer, creo que C y yo somos los culpables por estar pasando tanto tiempo con él.

Al parecer, somos una muy mala influencia. Lo bueno, es que no resultamos ser tan malos comparados con sus antiguos amigos.

—Es verdad —insiste—. Es más, ayer llegaste muy cansada.

—Sí, pero no por lo que piensas —mi tono es de voz baja, debido a que el tema a tratar francamente es como una patada en estómago—. No hablemos de eso, no tiene sentido alguno. Mejor, cuéntame tú, ¿Cómo van las cosas con C? Anoche no los escuché para nada.

La expresión facial de Jake cambia por completo con mi pregunta. Me imagino la razón, su relación con César no es sólida en lo absoluto. No sé si en algún momento lo fue, pero ahora, más que nunca, parece como un sueño imposible para el melocotón.

De verdad lo ama, si no fuera así, ya se habría ido.

—Está molesto conmigo por haber sido grosero con Charlie —confiesa, escondiendo su rostro al cubrirlo con sus manos—. Es que no soporto a ese tipo, te lo juro. Sé que es tu ex y todo lo que tú quieras, Lu, pero el hombre me da una mala vibra increíble.

—Son tus celos los que hablan, melocotón.

—No tiene nada que ver con celos. Cuando ese tipo muestre su verdadera cara, no digan que no les advertí.

El Único Eclipse (HDP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora