Capítulo 42: Llorar

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Reconozco a Noah sentado en una de las sillas de la sala de espera

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Reconozco a Noah sentado en una de las sillas de la sala de espera. Él luce muy tranquilo, sereno, como si hubiera pasado por esta situación muchas veces ya. En cambio, yo debo ser un desastre andante; a causa de mis manos temblorosas y de los restos de un llanto que, desde que recibí la noticia, no he podido controlar. En cualquier otra circunstancia, hubiera por lo menos intentado aparentar indiferencia, pero no ahora. No puedo cuando en todo lo que pienso es en él, en si está bien, o si, por el contrario, algo muy grave le sucedió.

Nunca me he sentido tan asustada.

—Noah —se levanta de golpe al verme—. ¿Cómo está? ¿Qué le pasó? ¿Por qué le dispararon si no iba a trabajar? —jadeo, ya que no he dejado de llorar en todo el camino y el llanto me vuelve muy difícil hablar—. ¿Está bien, no es así? ¿No le va...?

—Shh, tranquila, Lucia —coge mis hombros en un intento vano de consuelo. El tono suave en el que me habla parece buscar lo mismo, es algo que no puede conseguir, solo quiero saber si Ethan está bien—. No te preocupes, fue un balazo en el hombro, no se va a morir por esto.

¿Eso quiere decir que está bien?

—Dios, gracias —cojo la cadena de San Judas Tadeo, apretando el dije en señal de agradecimiento con él por habérmelo cuidado—. ¿Me lo juras?  Porque tal vez perdió mucha sangre y...

—Te lo juro, está completamente bien. Tranquila, linda. Ethan me mata si dejo que algo te pase, y a este paso, te va a dar un ataque.

Quiero agradecerle que haya estado con él, y que ahora esté aquí para mí, pero no puedo, soy incapaz. Incluso parece que se me ha ido la respiración. El habla, el aire, todo me falla por el susto tremendo que me dio casi haberlo perdido de una forma tan trágica.

Ahora entiendo lo que significa casi morir del susto.

Noah se percata de mi nula capacidad para calmarme después de lo sucedido, puedo verlo en la manera en que me mira.

—Oye, está bien, te lo juro. Él las ha tenido peores. Un disparo en el hombro no es nada. Hubo una vez, en las que unos presos escaparon y uno de ellos casi lo... —se calla al ver mi cara—. ¿No debería de hablar de esto ahora, verdad?

—Lo siento. Tú debes de estar acostumbrado a esto, pero no se siente nada bien que me llamen diciendo que le dispararon a mi novio.

—No te preocupes. Lo estás haciendo bien para ser la primera vez —se me revuelve el estómago de solo pensar que habrá una próxima—. ¿Tampoco debí haber dicho eso, cierto? —me sonríe con dulzura, le debo de parecer una niñita asustada—. Ven, te llevo a verlo.

Noah es muy amable y paciente. En cambio, yo estoy perdiendo la paciencia conmigo misma, está a punto de darme un infarto o algo parecido.

—Gracias —le digo cuando llegamos a la habitación.

El Único Eclipse (HDP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora