Me entretengo con las uñas de Rich, son cortas y bonitas, yo siempre aprovecho para pintárselas de su color favorito, del único que utiliza en todo; el negro. Definitivamente creo que va con su personalidad fría e inexpresiva.
—Deberías cortarte esas greñas —le señala César, quién no ha dejado de mostrar su descontento desde que Rich nada más no se corta el pelo.
—No.
Él, como casi siempre, no muestra ningún tipo de emoción al hablar,
Es un hombre de pocas palabras.
—En serio, tu rostro es realmente bonito y no se ve con ese trapeador que tienes en la cabeza. Lu, ayúdame con esto.
No puedo añadir nada, Richard es guapo con cualquier peinado, con cualquier estilo. Sus ojos verdes, muchísimos más claros que los míos son muy lindos, al igual que su cabello, por más desordenado que esté, sigue siendo brillante y notoriamente suave. Su sonrisa también es bastante bonita, aunque no la veamos mucho.
—Él se ve bien con cualquier cosa, C —mi llamada alma gemela me saca la lengua en desacuerdo por no haberle seguido el juego. Doy una pasada más a una de sus uñas un segundo antes de terminar—. Ya está, no las muevas.
—Gracias.
—De nada.
César se mueve en su asiento, incómodo por la cabeza de Liam que descansa en sus muslos. El pobre se encuentra agotado, como siempre. Esta vez, C fue el elegido para realizar el papel de almohada.
—¿Lo debería despertar? —duda, subiéndole la manta que ya tenía puesta por encima de los hombros—. Pobre.
—Déjalo dormir —Rich se acerca a la ventana, encendiendo un cigarrillo como puede para no estropear el trabajo que acabo de hacer con sus uñas—. Necesita descansar.
Me pellizco la pierna, ansiosa por la llegada de Andrés. No me gustan las horas en que estamos juntos con nuestros amigos alrededor, si seguimos así, se pueden dar cuenta de que algo pasa entre nosotros. Aún no somos nada, por lo menos yo no quiero involucrarlos a todos en esto cuando ni siquiera tenemos muy claras las cosas.
Como si mi mente lo atrajera, él entra junto a Freds con las cervezas que prometieron traer. Me sonríe un segundo, y después, al igual que yo, evita verme. Nos hacemos los locos, ignorándonos lo suficiente para no ceder a la tentación de mirarnos más de lo debido, porque si nuestras miradas se cruzan por mucho rato, probablemente terminaríamos mandando la discreción a la mierda para besarnos aquí, delante de todos.
Debo admitir que eso quiero, besarlo. Pero nunca me he vuelto presa de mis fantasías, así que consigo controlarlo, logro fingir indiferencia si así lo deseo.
—¿Nadie lo va a despertar? —pregunta Freds, señalando a Liam con la cabeza mientras bebe un trago de la botella de cerveza fría.
—Solo hablen despacio —pide C, cogiendo una de las cervezas como puede ya que nuestro amigo dormilón casi le impide moverse.
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El Único Eclipse (HDP #1)
RomanceLa vida de Lucia Fernández no ha sido fácil; desde que nació, estuvo llena de desatenciones, de personas pasajeras entrando y saliendo de su entorno cercano, y de un Daniel Beckett que no se ha detenido con sus constantes insinuaciones y abusos haci...