Capítulo 27: Risas

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Ethan

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Ethan.

Jackie: El asesino que nadie busca.

En los barrios bajos de Los Ángeles, se han encontrado muertas cuatro mujeres en solo tres meses. Sus cuerpos fueron hallados por la noche, cuando la oscuridad invade el cielo; la misma que ayudó a que este asesino pudiera arrebatarles la vida con un cuchillo de cocina, y luego consiguiera desechar a las víctimas en cualquier basurero sin ser visto.

Leo nuevamente el artículo, cada vez sintiéndome más orgulloso de la chica que lo escribió; ella sabe muy bien cómo llegar a sus lectores. No necesitamos saber los resultados para confirmar que conseguimos lo que queríamos, exponer a este tipo, estoy seguro que mi jefe se pondrá a trabajar en el caso después de que se hiciera público.

Fue lista al compararlo con Jack el Destripador para que tuviera más impacto. La gente necesita darse cuenta que en las calles, hay un asesino igual de peligroso y enloquecido.

—Arriesgaste mucho con esto —me recuerda Noah, quién viene de la cocina con una cerveza en la mano—. Si el jefe se entera de tu conexión con Dulce, pedirá tu cabeza.

—No tiene por qué enterarse. Mi amistad con Dulce no es pública, apenas y tú sabes de ella.

—Esperemos que no. Ya, dejemos de hablar de trabajo, el turno estuvo muy jodido hoy —lo entiendo, ha sido una semana muy pesada. Por mí parte, estoy muerto de cansancio—. ¿Cómo vas con tu chica?

—No es mi chica, y no hemos podido salir, solo conseguí charlar con ella un poco el martes antes de ir a dormir.—le digo, a la vez que recuerdo lo mismo que me dijo Lucia hace una semana, aunque se viene sintiendo como una eternidad; ya muero por verla. 

Se me queda viendo, extrañado.

—¿Dormir?

—Dormir.

—Qué raros son ustedes dos. ¿Desde cuándo los amigos con derecho solo duermen?

—Noah, no somos amigos con derecho.

—¿Seguro?

A Noah le encanta tocarme las narices con temas, que claramente, quiero evitar profundizar. Pienso que debió ser psicólogo, por mucho que como policía sea uno de los mejores que he conocido.

—Estamos saliendo, así las cosas empiezan entre dos personas que se gustan —digo lo que me he repetido a mí mismo hasta el cansancio para convencerme de que así es—. No somos nada serio todavía, porque seguimos conociéndonos. Eso no quiere decir que no lo seamos en un futuro.

—Sí, claro. Es lo que ella te dice.

—No me está mintiendo.

El Único Eclipse (HDP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora