La vida de Lucia Fernández no ha sido fácil; desde que nació, estuvo llena de desatenciones, de personas pasajeras entrando y saliendo de su entorno cercano, y de un Daniel Beckett que no se ha detenido con sus constantes insinuaciones y abusos haci...
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—Tierra llamando a Lu —Liam habla con la boca llena de comida, sacándome de mi pequeño trance—. ¿En qué estás pensando?
Muerdo mi labio inferior, a Liam le basta una mirada para no volver a preguntar lo mismo.
Estamos en receso y afuera de la escuela, justo en el parque de enfrente, sentados bajo nuestro árbol. Ni el buen ambiente, ni la buena compañía han conseguido relajarme.
—Ya entendí —dice, leyéndome el pensamiento al parecer—. ¿Entonces lo del policía es serio?
—Es lo que él quiere.
—¿Y tú?
—No lo sé, Liam. En eso estaba pensando. Ethan dice que quiere formalizar las cosas, que es todo o nada.
—Uhm, ya veo. ¿Y tú qué quieres?
—Lo quiero a él —para eso no necesito pensar, ni siquiera un poco—. El grandote se ha portado muy bien conmigo, a pesar de que los dos tenemos un carácter complicado, y que peleamos bastante, nos hemos llevado bonito. Pero no sé si estoy lista para una relación seria, Liam. Menos con un poli, ¿Tienes idea de los problemas que me causaría con mamá? Ella sigue pensando que yo juego con muñecas, me pone muy nerviosa imaginar cómo reaccionaría si se enterara de que mi novio es un policía.
—Lu, no pienses en eso —me regaña, pasándome el brazo sobre los hombros para abrazarme—. Elena no tiene nada que ver aquí, la decisión que tomes, sea cual sea, debe ser pensando solo en ti. Solo espero que Ethan se porte bien contigo y no te haga daño.
¿Qué dice?
Hago una mueca.
—¿Qué daño podría hacerme?
—Uhm, para empezar, podría romperte el corazón. No quiero que eso pase, ¿De acuerdo? Mi trabajo es cuidarte.
Es difícil tomarlo en serio cuando habla con la boca repleta de comida. Pero lo que dice es lo más lindo que he tenido en estos días tan pesados. Imposible no prestarle la atención que merece.
—Aw, Liam —mi corazón se llena de ternura, tanta que no puedo evitar abrazarlo también—. No te preocupes por eso, nada así puede pasar. Yo ni siquiera creo enamorarme de él, es completamente imposible.
—Entonces, ¿Qué haces con él?
Alzo la mirada un segundo.
—Liam, tú necesitas sentir amor para estar con alguien, yo no. No entiendo nada de eso, y no creo que lo entienda.
—Es fácil, L. El amor se da poco a poco, no puedes controlarlo, o mejor dicho, puedes, pero no quieres. Arriesgas, y muchas veces, pierdes.
—Por eso mismo, Liam. El amor está sumamente sobrevalorado. ¿Quieres saber lo que el amor significa para mí? —asiente, sonriendo—. Ser feliz con quién eres, y con lo que tienes. Si puedes estar en una playa paradisíaca bebiendo un buen trago mientras ves el sol ponerse, mejor.
