Capítulo 62: Parque

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—Te ves muy bien —señala Jake en cuanto me lo encuentro en la sala—

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—Te ves muy bien —señala Jake en cuanto me lo encuentro en la sala—. ¿Estás segura de que quieres usar chaqueta? Hace una noche calurosa.

Me gustaría quitármela, pero mis rasguños cada vez están más notorios. Si bien puede que con las luces del club nadie los vea, no quiero arriesgarme a tener que soportar una pregunta innecesaria.

—Estoy bien, melocotón. ¿Y tú? ¿No tienes problemas con nuestro chófer de esta noche?

—No tendría tantos problemas si por lo menos viniera Carolina para distraerlo, pero no, el arrugado de nuevo se las ingenió para mantenerla con él.

"El arrugado" así le hemos puesto al novio de Caro. No tengo problemas con las arrugas, con quién tengo problemas, y muchos, es con ese tipo. La chica que escogió como novia bien puede pasar por su nieta, ¿Y el desgraciado para colmo le prohíbe vivir una vida normal, como la de toda joven que tiene derecho a salir a divertirse con amigos? No, que se joda. Ese tipo no merece respeto alguno.

—De todos modos, sabes que Caro no le sería infiel al arrugado, por mucho que tú y yo le metamos por los ojos a Charlie, o a cualquier otro hombre —no entiendo cómo, solo sé que ella adora a su pareja, llevan más de cinco años juntos, y en todo ese tiempo, ella le ha dado exclusividad absoluta—. Me da tristeza que no haya podido venir. Después de hoy, dudo mucho que surja otra oportunidad de verla antes de irme a la U.

—Yo me quedaré aquí, y te prometo que haré lo posible por quitarle la venda de los ojos.

—No la dejes sola, melocotón —le pido, siento la suficiente confianza con Jake como para pedírselo.

C había dicho que debíamos salir, después de mucho tiempo y por obvias razones, juntos al club. Insistió argumentando que estos eran mis últimos días de libertad y que por lo tanto, debía aprovecharlos.

Como siempre, pudo convencerme después de unos cuantos minutos. 

—¿Qué hace César sentado adelante? —el melocotón interrumpe mis pensamientos con un susurro nada discreto.

—Ni modo que vaya atrás —lo pellizco un poco para que se tranquilice—. Disimula.

Charlie, que estoy segura se ha dado cuenta que hemos estado hablando de él, hace lo posible por fingir calma y sonreír ante nuestra llegada.

—Hola, chicos —saludo al subir, Jake me sigue, sin ganas—. Gracias por llevarnos.

—No hay por qué —Charlie utiliza el mismo tono amable de siempre—. Estás muy bonita, Lucia.

—Ella es bonita —aclara César, ofreciéndome la mano por un lado de su asiento para que se la tomara por un rato.

—Gracias.

—¿Qué tal, Jake? —el melocotón voltea a mirarme con los ojos abiertos de par en par, casi parece que puedo leer sus pensamientos—. ¿Cómo va todo?

El Único Eclipse (HDP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora