Capítulo 01: El Destino toco a la puerta.

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Nunca espere que mi vida fuera a ar un cambio tan grande, mi vida siempre fue relativamente tranquila, soy Canadiense por lo que en realidad las cosas si eran muy tranquilas y normales, en Canadá todo son amables con todos, encontrarse una pelea o algo por el estilo es difícil realmente.

Todo esto empezó recién graduado de la universidad, encontré una casa pequeña la cual me pude costear por lo que era un hombre independiente a este punto, solo estaba esperando entrar al mercado laboral, lo que podría ser complicado en la actualidad, por suerte y gracias a la Beca, conseguí ahorrar en los años que estuve estudiando y tenia una buena suma en el banco.

Vivo como a unos cuarenta minutos de casa de mis Padres, no se si considerarlo lejos o cerca realmente.

El día o mejor dicho la tarde en lo que todo empezó, recién llegaba de comprar los víveres y demás para rellenar la despensa de la casa y tras acomodar todo, mi camino fue ir derechito a mi cueva, en la cual no entra la luz del sol por las gruesas cortinas que tengo, a veces me pierdo en la oscuridad.

Recién me gradué de Ingeniero, con un buen promedio, mi familia estaba orgullosa, pero hasta yo mismo no conseguir un trabajo no me voy a sentir realmente tranquilo.

Mientras me relajo y despejo poniéndome al día con todo lo que deje de lado debido a los estudios, los últimos meses fueron difíciles y ni hablar de la tesis, eso casi acaba conmigo.

No fue como hasta pasadas las nueve de la noche que decidí levantarme prepararme la cena de esa noche.

Deje mi habitación para ir a la cocina, es casi un camino recto, la casa es pequeña, si, pero es mi casa al menos, así que ya con eso para mi es mas que suficiente, tengo mi patio y jardín en frente y en el patio de atrás, por lo que no tengo nada que envidiar a los demás.

Tome la carne de la nevera y la puse en el microondas mientras esperaba y murmuraba una canción.

Guil: Llévame hasta ti, quiero vivir en tus labios, quiero ser la luz del sol, que te despierte a dormir. Grabare tu voz entre mi piel y tus besos, te traeré brisa del mar, para que bebas de mí~♫ —Musite citando "Pensatorium" de Mägo de Oz.

Creo que no he dicho mi nombre hasta ahora, lo pase por alto, es Guillermo, según me dijo mi Madre era el nombre de mi Abuelo.

Mientras estaba en mi canturreo, un repentino flash proveniente de la ventana en la cocina atrajo mi atención.

Seguramente fueron las Led de algún auto pensé yo. Pero al ver que el mismo brillo se repetía con más y más intensidad, no pude evitar acercarme a ver si lograba ver de qué se trataba.

En cuanto posee mi vista afuera, no note nada fuera de lo común, no hasta escuchar el ruido que hace un viga metálica al partirse, mire al origen de ese sonido el cual fue el cielo, solo para notar como el cielo se partía y de esa quebradura una estala de luz como estrella fugaz apareció y cayó con mucha velocidad con el exacto rumbo hacia el patio trasero de la casa donde escuche y sentí el golpe que dio al impactar.

Guil: ¡Que no sea un alíen! ¡Que no sea un alíen!

Es lo que me repetía una y otra vez mientras iba por mi bate de aluminio para salir a ver qué fue lo que paso. Si era un alíen o un satélite y el gobierno se enteraba, serian capaces de quitarme la casa.

Las luces estaban encendidas, por lo que pude ver claramente la zona de impacto.

Guil: Demonios, ¡mi césped!

Uno debería alejarse en este tipo de situaciones, pero de ser así, no hubiéramos tenido la serie de Ben 10 o cosas así, por lo que con bate en mano y listo para hacer un swing, me acerque a ver qué fue lo que había caído del cielo.

Lo primero que note fue lo blanco que era, esperaba algo oscuro como un meteoro, pero no, era una cosa blanca, luego pensé que podía ser un trozo de satélite, si no fuera por el hecho de que los satélites no tienen pelo, orejas y cola, al menos que sea Satélite-chan de Japón.

Guil: ¿Pero qué rayos es eso...?

La pregunta busco a responderse sola cuando vi que fuera lo que fuera empezó a levantarse por sí sola, quejándose y adolorida, sus orejas prontamente dieron conmigo seguido de su visión y su cuerpo, y fue en ese momento que tuve una mini crisis existencial el entender lo que mis ojos estaban viendo.

Guil: Papá tenía razón, La tesis me volvió loco...

No podía procesar lo que estaba viendo, o mejor dicho, no quería hacerlo, porque de hacerlo, eso querría decir, que todo lo que se del mundo, de la lógica, era una simple mentira, por suerte no soy Físico.

Un gato blanco de grandes orejas y ojos estaba frente a mí, este estaba erguido y en sus patas delanteras unos gruesos guantes con garras se podía apreciar, de su larga y muy fina cola una especie de brazalete se podía distinguir.

Un Digimon. Un Gatomon era lo que estaba frente a mí.

Así como yo la miraba a ella o él, lo mismo hacia conmigo, su cara estaba algo sucia y golpeada, bueno no es de extrañar, había recién caído del cielo a una velocidad vertiginosa, pero aun así, me sonrió antes de perder la conciencia y caer.

La atrape y la sostuve contra mi pecho por puro instinto, solo me le quede viendo por unos segundos antes de regresar al interior de la casa como si nada hubiese ocurrido allí.

Guil: Si este es un sueño, es el más vivido que he tenido en toda mi vida.

La lleve derechito a mi habitación, y encendí las luces de este para poder posarla en una almohada y revisarla, no parecía tener daño de gravedad, solo mucha suciedad de la tierra y pasto encima, el cual le quite con un trapo húmedo.

Guil: Ok... hay un Gatomon en la casa... bien... —Respire tratando de no perder la calma lo cual no pude hacer. — ¿Cómo mierdas paso esto?

Cada vez que la miraba seguía allí, aparte podía sentir el tacto de su pelaje y el cómo respiraba con tranquilidad. No era esquizofrenia. Pero tampoco era un sueño, de eso me asegure cuando en mi descuido me lleve el dedo chiquito del pie con uno de los soportes de la cama.

Guil: Ok, ok, no me alterare por esto, debo pensar con la cabeza fría, ignorare lo que paso esta noche y mañana lo enfrentare con los pensamientos más calmados. Si eso es lo que haré, aparte de que debo arreglar el jardín en caso de que venga la policía o algo.

Parece que nadie más se dio cuenta de lo que paso, lo cual tomando en cuenta de que este barro es sumamente tranquilo y callado, no se si sea buena noticia o mala noticia.

Apague la computadora y tome mi teléfono solo para ver que ya eran pasadas las once de la noche, por lo que lo puse a cargar, apague la luz y me acomode en mi cama mirando por última vez antes de encender la lámpara para dejar un brillo tenue por si acaso.

Me tomo un tiempo dormirme, pero a la final lo conseguí, y extrañamente, en mis sueños solo se repitió lo que recientemente ocurrió una y otra vez.

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