WE HAVE TO PROVE _______________><________________
Había vuelto. El ser de oscuridad de otra dimensión que quería atormentar y regir un nuevo mundo; empezando por Hawkins. Fue derrotado, o eso se creyó, pero estaba de regreso. El azotamentes. Volvió.
Fëanor estaba impactada, lo había sentido, y comprendía que el enemigo no se rendiría. Tendría que luchar una vez más.
Aunque su mente no ha dejado de pensar en cómo era posible que él hubiera vuelto. Estuvo toda la noche tratando de entender. No tenía idea, pero había que averiguarlo. Con ayuda de los demás.
Por eso, justo al amanecer, se levantó tan pronto pudo de la habitación que Noah le había prestado. Se había quedado a dormir ahí puesto que la lluvia no mermaba y él dijo que sería muy peligroso ir de noche a casa. Así que rendida tuvo que aceptar.
De igual manera, ninguno de los chicos podría resolver algo a esas horas. Tendrían que investigar al día siguiente. Y eso es lo que haría, al despertar temprano, decidió ir a pie para volver sin molestar a Garvey de llevarla en el auto hasta su hogar. No quería importunar más y solo le dejó una nota en agradecimiento por todo lo que hizo por ella, pero debía marcharse.
Con sigilo se fue de la residencia Garvey y caminó por las calles del pueblo. Las cuales tenían una tranquilidad, había algunos transeúntes y vehículos circular por las avenidas. Todo parecía tan normal a simple vista que no podía imaginar que el ente hubiera regresado mientras parecía apacible su alrededor.
Incluso, el clima había mejorado. Como si el chubasco de ayer no hubiera existido. El cielo estaba despejado con escasas nubes cubriendo lo azulado, y el sol resplandecía en todo su esplendor.
¿Cómo había tanta calma con el peligro al acecho?
Quitó sus divagaciones cuando después de un rato de caminar, logró visualizar la propiedad Byers.
Notó que no estaban los vehículos de Joyce y Jonathan estacionados en la entrada. Seguramente ambos estaban en sus empleos pues ya era la hora en que partieran a ellos. Aunque la verdad es que también surgían detalles que ella aún desconocía sobre su paradero. Donde lidian con situaciones extrañas e indirectamente enlazadas.
Fue directo a su habitación detrás de la casa y una vez adentro, buscó nueva ropa para quitarse la anterior. Tomó un overol negro, con short en la parte inferior que tenía roturas y el dobladillo desconocido. Una camiseta blanca y verde oscuro de manga corta, con unos zapatos deportivos negros.
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Caminó a la residencia para poder tomar una ducha rápida, y justo al salir. El teléfono como la radio de la recámara de Will, comenzaron a sonar.
— ¿Me escuchan? — se oye la voz de Lucas — Tenemos un código rojo. Repito, tenemos un código rojo. — declara captando la atención de la muchacha. Haciéndola correr al cuarto — ¿Me escuchas, Fëanor? — curiosea el pequeño — Tenemos un código rojo. — repite ansioso.
