𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

CAPÍTULO DOCE - I

JUSTNESS
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Al día siguiente en el hogar Byers, la situación seguía un poco tensa entre los dos jóvenes mayores.

El castaño intentó dialogar con ella pero fue ignorado desde que la vio llegar a casa. De hecho, la azabache ni siquiera cenó para no tener que cruzar miradas u oportunidades para pedirle conversar más tarde. Incluso durmió con Will para no pasar tiempo con el mayor de los hermanos.

Will no objetó nada o preguntó el motivo del distanciamiento. Pues su invasor no quería que algo lo delatara frente a la chica. Una antigua enemiga como la otra chiquilla que le dio paso a esta dimensión.

Todos se encuentran desayunando, el golpeteo de los cubiertos contra los platos es lo único que se escucha. Hasta que la mujer decidió llamar la atención de los muchachos con un carraspeo proveniente de su garganta.

— Chicos, — llama puesto que no le prestaron atención — quería decirles algo. — menciona teniendo ya la mirada de los tres sobre ella — Ayer no pude hacerlo ya que no cenamos juntos… — refiere — Pero por fin puedo informarles la fecha para la cena. — expresa sonriente.

— ¿Cuál cena? — interroga confuso

— Cómo que cuál cena — repite incrédula — A la que nos invitaron en casa de los Hargrove. — expuso obvia.

Para la ojigris es como un balde de agua fría que la vuelve a la realidad. Había olvidado por completo la dichosa cena.

— Susan me llamó ayer para establecer el día. — prosiguió hablando — Y será este viernes. — anuncia.

'Oh, no', se lamenta la pelinegra.

— ¿Tan pronto? — replicó el mayor.

— No es demasiado pronto, — señala — y no quiero que me digan que no quieren ir. Irán. — demandó claramente — Así que lleguen temprano a casa ese día para estar listos a tiempo. — indicó recogiendo los platos — ¿Oyeron? — reitera.

— Sí… — responden al unísono.

— Muy bien, entonces dense prisa para ir a la escuela. — ordena y ellos se ponen de pie.

Cada uno va por sus pertenencias después de terminar sus alimentos.

Ivers se va en dirección al baño para lavarse los dientes. Justo ahí se topa con Will, quien también se está cepillando. Ella le sonríe y él hace un ligero asentimiento en respuesta.

— Oye, — murmura al tomar su cepillo de dientes — ¿ayer no tuviste alguna pesadilla? — pregunta tomando la pasta dental — Porque no te escuché despertar a media noche. — alude curiosa. Por lo regular siempre lo alcanza a escuchar ponerse de pie por la madrugada.

El pequeño se pone nervioso. Escupe los restos y se enjuaga para enfrentarla. — Ah, yo supongo que las terapias funcionan después de todo. — argumenta encogiéndose de hombros.

— Supongo. — asiente, estaba feliz porque Byers pudiera dormir mejor; al menos él podía. Aún cuando fuera a ese lugar del que ella no quiere volver.

— ¡Vamos chicos, apresurense! — se escuchó el llamado de Joyce.

Dando oportunidad a Will de escapar.

Fëanor frunce el ceño por su rápida huida pero no indaga más y agiliza sus movimientos para partir a clases.

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Como era común cada mañana camino al instituto, Jonathan y Fëanor siempre se iban juntos.

Sin embargo, la tensión no hacía ameno el viaje aún con la música.