𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

CAPÍTULO VEINTISIETE - IV

NO WAY OUT
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Los chicos corrían tan rápido como podían para no ser atrapados, sus respiraciones agitadas y corazones acelerados aumentaron considerablemente.

Más no escaparían tan fácilmente, los sabuesos no se rendirán cuando sus presas estaban tan cerca. Buscarían la manera de cazarlos. Dándose cuenta que las bestias no eran los únicos de los que debían cuidarse. Y al estar concentrado en huir de los animales, se olvidaron de las raíces vivientes.

Las enredaderas que hay a cada paso se empiezan a mover sigilosamente y con rapidez para atrapar a los invasores.

— ¡Ahh! — exclama Sinclair de pronto. Siendo arrastrado por el suelo.

— ¡Lucas! — gritan sus amigos con temor.

— ¡Me atrapó! — una de las raíces lo había sujetado del tobillo.

Steve rápidamente va en auxilio y usa su bate para cortar el tentáculo, Dustin y Max lo sujetan de los brazos para que no se lo lleven. Y Fëanor y Billy cuidan que nada más venga a sus espaldas.

— ¡Arriba! — indica Harrington al pequeño.

Nuevamente se disponen a retomar sus pasos pero justo en una conexión, de la nada los sabuesos lograron interceptarlos. Abalanzándose sobre sus víctimas saltaron a ellos con sus mandíbulas abiertas, acompañados de un rugido.

— ¡Cuidado! — gritó Billy arrojándose sobre Fëanor, dado que era la más cercana; para así esquivar el ataque.

Mientras el otro joven también hacía lo mismo con los menores para que no los dañaran.

Ivers inmediatamente se pone de pie y lanza fuego de sus manos para ahuyentarlos mientras sus amigos se intentaban recuperar de la caída.

— ¡Dense prisa! — apresura Ivers pues cada vez eran más con los que tanto ella como el rubio combatían para darles tiempo a los otros.

— ¡Ya, muévanse! — vocifera el californiano.

— ¡No hay salida! — anuncia Dustin cuando unos demodogos les impiden el paso.

La pelinegra sabe que la única forma de que ellos salgan de ahí es si algo más llamativo capta su atención. Como una carnada.

Vuelve a concentrar su piroquinesis y arroja fuego hacia las bestias provocando que se enfoquen en ella.

— ¡Corran! — indica a sus amigos.

— ¡Fëanor! — llama el castaño. Ella se ha vuelto la única a la que quieren.

— ¡Váyanse, los alcanzaremos! — declara, podrían encontrarse después.

El resto del grupo no está muy seguro de que sea buena idea el dejarla lidiar con todo.

— ¡Lárguense de una puta vez! — ordena Hargrove, quien seguía junto a la muchacha.

Rendidos corren de nuevo hacia la salida. Mientras dejan atrás a sus amigos. Su grupo se había separado y abandonado pero era necesario o todos perecerían ahí.

Solo esperan reencontrarse otra vez.

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Los otros dos quedan rodeados. Los sabuesos abren sus fauces en ataque, no obstante, Fëanor lanza más fuego de sus manos para que no lleguen a ellos. Billy también ayuda golpeando con una barra de acero a los otros. Con eso parece ser suficiente para correr de nuevo.