𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

S2 - CAPÍTULO TRES - I

DAY WITH THE HOMIES
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Hawkins, Indiana.
Abril 6, 1985

El tiempo avanzó más entre los habitantes de Hawkins. Y un día de descanso se hizo presente entre los escolares.

Así que, puesto que no tendrían clases, el grupo de héroes decidió pasar el tiempo juntos en casa de Steve Harrington.

Un día antes habían avisado al alumnado que las clases serían suspendidas y la gran mayoría celebró aquello.

— Genial, será un fin de semana aún más largo. — dice con sarcasmo Steve.

— ¿Por qué ese ánimo? — curiosea Nancy. Sabía que no le gustaba la escuela y el anuncio debía ser algo maravilloso para él.

— Mis padres se irán aún viaje de negocios y quieren que vaya. — alega en una mueca — Mi padre quiere que me involucre más en la empresa. — argumenta girando los ojos.

Algún día debía tomar el puesto de su padre, pero quería estar lo más lejos posible de eso mientras podía.

— ¿Y por qué no dices que tienes algo que hacer? — plantea Jonathan.

— ¿Cómo qué, morir de aburrimiento en mi habitación? — pregunta frustrado.

— Eso sería una buena idea. — interviene Hargrove divertido.

Ante el comentario su novia le da un golpe con su mano en el brazo, y este simplemente ríe. Molestar a los demás aún era parte de su vida.

Harrington le muestra el dedo medio y le lanza una mirada severa, ya que bebía jugo en ese momento.

— ¡Harrington, Hargrove! — llaman de repente a la distancia, haciendo que estos giren en dirección a la voz. — ¡Vengan aquí! — indica el entrenador.

Los dos se ponen de pie y van hacia el hombre.

Mientras la pelinegra se pone a pensar en una manera para ayudar a su amigo. Teniendo algo que viene a su mente.

— Oigan, ¿y si nos reunimos en casa de Steve? — propone a los dos castaños.

Quiénes se miran no muy seguros. Hace mucho que no estaban en su hogar, y no parecía algo ideal en cierta forma.

— Podríamos invitar a los chicos, incluyendo Once. — destaca, para que salga un poco más de la cabaña.

La pareja medita la idea y no mucho después acceden. Ahora debía decirle a los otros dos.

Después de que Steve accediera, pues no le importaba tener a los menores en casa y a los demás. Ese era un buen motivo para decirle a sus padres que tenía planes con sus amigos.

Sin embargo, el problema era el rubio.

Habían terminado de practicar media hora más tarde, y Billy no vio a la azabache tras salir de los vestidores como siempre al finalizar el entrenamiento; así que se dirigió al gimnasio donde seguramente debía estar esperando sentada en las gradas.

Tuvo una sorpresa cuando esta le dijo los planes que tenían para el siguiente día.

Obviamente se rehusó a pasar más tiempo de lo debido con los otros. Tenía un gran fin de semana que podría usar mejor. Aunque no tuviera mucho que hacer más que pasar tiempo con su novia.

No teniendo opción, se le ocurrió algo a la muchacha. — Bien, ¿qué te parece si lo dejamos a la suerte? — propone caminando a la zona donde estaba el estante con balones. — Si encesto tres veces, — señala con el objeto en mano — tú irás. — declara alzando una ceja.