Pronto los padres arriban uno a uno a las instalaciones; buscando a sus hijos.
— Chicos, — llamó Joyce — vine tan rápido como pude. — menciona agitada — ¿Quieren decirme qué … — se interrumpe al enfocar su vista en la pelinegra — ¡Oh por dios, cariño! ¿Qué te sucedió? — interrogó preocupada al ver el moretón en su cara.
— Estoy bien, no fue nada. — intenta restarle importancia.
— Como que no es nada. — objetó — Mírate nada más. — sujetando su mentón.
La verdad es que aunque el golpe sí la noqueó por unos breves segundos y provocó que perdiera el equilibrio, no se comparaba a las torturas del Dr. Brenner o el de las bestias de la otra dimensión cuando lograron herirla.
No había otra forma de medir el dolor más que esas.
Avanzaba por las calles escabulléndose en los edificios deteriorados.
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Hace unas horas había logrado escapar de las criaturas, así que buscaba un refugio donde dormir un par de horas al menos.
Más no sería sencillo.
Aquel ser maligno detectó a la peligrosa invasora cuando sin darse cuenta, rozó una de las raíces viscosas. Dando su ubicación.
Inmediatamente mandó a sus sabuesos, liderados por uno de sus cazadores de cuerpo humanoide.
De pronto, la ojigris estando desprevenida pues llegaron a ella con sigilo, fue más sencillo emboscarla.
Tragó saliva al verse acorralada nuevamente. ¿No los acababa de perder?
Se puso en guardia ante las pequeñas bestias, concentrada en ellos no vio que el líder estaba detrás suyo. Solo sintió unas garras clavarse en su hombro y estampada contra la pared.
Contempla al animal delgado, alto y oscuro. Luego este abre sus fauces mostrando todas las hileras de dientes, seguido de un rugido.
Esto la hace reaccionar, se remueve pero este no la suelta. Pronto concentra su piroquinesis en la bestia y causa que se retuerza por el dolor ardiente en su interior. Aprovecha la oportunidad y con dificultad logra zafarse que trastabilla hasta caer.
Gatea, sin embargo, es atrapada por las fauces de uno de los sabuesos.
Un alarido emana de ella y como puede lo patea una y otra vez hasta que la suelta; poniéndose de pie rápidamente. Otros se abalanzan pero los frena al lanzar fuego.
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