𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

CAPÍTULO VEINTIUNO - I

BROKEN DOWN
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Fëanor preocupada por la demora, sale cautelosa del automóvil para saber si ocurría algo. Camina hasta buscar en qué dirección se encuentra la habitación del joven.

Cuando logra hallarla escucha las voces a través de la ventana abierta.

—… No necesita una niñera. — identifica la voz de Billy — Y ella no es mi hermana. — menciona.

Luego se oye un golpe contra la pared.

Neil Hargrove ha estampado contra un librero a su hijo.

Quien se paraliza y ni siquiera expresa una mueca de dolor. No es la primera vez que recibe maltrato.

— ¿De qué hablamos? — pregunta su padre sujetando al joven de la chaqueta. Al no tener respuesta lo golpea. — ¡¿De qué hablamos?! — repite.

— Respeto, y de responsabilidad. — responde tenso.

— Así es. — coincide — Ahora discúlpate con Susan. — ordena.

— Lo siento, Susan. — dice con dificultad.

— Está bien, Neil. — intercede la mujer.

— No, nada de su comportamiento está bien. — protesta hacia ella y soltando al chico.

La pelinegra desea entrar y evitar que el hombre no lo siga lastimando. Pero si intenta subir por la ventana se darían cuenta y tal vez todo se complique.

—… Pero se va a componer. — sigue hablando el hombre — Va a ir a buscar a su hermana, como el buen hermano bondadoso y respetuoso que es. — argumenta — ¿No es así, Billy? — cuestiona — ¡¿Acaso no es así?! — repite.

— Sí, señor. — musita con un nudo en su garganta.

— Disculpa, no te escuché. — insiste.

— Sí, señor. — contesta más claramente.

Satisfecho Neil reitera. — Encuentrala. — yendo a la salida.

El californiano cierra sus ojos y golpea frustrado el librero. Siempre era igual.

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Fëanor escucha el portazo así que deduce que ya no hay peligro.

Trata de ver la mejor forma de subir por la ventana, ya que no está tan alto. Toma impulso y salta para agarrar el marco de la ventana.

Reprime un gemido de dolor por el esfuerzo en su brazo lastimado.

Apoya sus pies para cruzar la ventana y un movimiento más, ingresa por completo a la habitación.

Busca al muchacho, quien está sentado en el piso contra un librero. Con la cabeza baja y las manos sobre su cabello; agarrando con fuerza su rizada cabellera.

Siente tanta desesperación y enojo por no actuar contra su padre como desearía hacer. Como enfrenta a todos a su alrededor.

La ojigris se acerca y se arrodilla frente a él. Subiendo la mirada hacia a esta.

'Genial', piensa con ironía.

No quería que nadie lo viera así. Menos ella. Tan Vulnerable.

Ivers observa detalladamente su rostro, tiene un golpe en la mejilla y aquella mirada azulada que siempre se ve vivaz y traviesa; no está ahí.

Ahora tiene lágrimas acumuladas en sus mejillas y un sutil rastro de unas que se lograron escapar.