El verano había arribado por completo en el pequeño pueblo de Hawkins. Y los habitantes disfrutan de la temporada yendo en familia a uno de los nuevos lugares de distracción, el centro comercial Starcourt.
Un gran bullicio se escucha mientras la música suena de fondo.
How - how can it be that a love Carved out of caring fashioned by fate Could suffer so hard From the games played much too often?
But making mistakes is a part Of life's imperfections Born of the years Is it so wrong to be human after all?
That there is something about you Baby so right! I wouldn't be without you Baby tonight!
If ever our love was concealed No one can say that we didn't feel A million things And a perfect dream of life
Todos están inmiscuidos en su mundo perfecto, en un lugar tranquilo que ignoran el peligro que puede surgir de la oscuridad.
Incluso nuestros héroes. Quienes viven sus vidas lo más normal que pueden.
Como Fëanor Ivers, que después de cumplir su jornada laboral, se reunirá con su pareja como tiene costumbre.
Se ha cambiado su uniforme por el atuendo con el que llegó. Unos shorts negros de denim, con diseño floreado sutil, y que llega a la mitad del muslo. Una camisa de botonadura de manga corta en color celeste, la cual pertenece a su novio y había tomado prestada, finalizando con unos zapatos deportivos negros.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya lista, sale de la bodega del Scoops Ahoy, abrochando el último botón. Había ido ahí ya que los sanitarios estaban a reventar con los comensales. — ¡Ya me voy! — anuncia la pelinegra a sus compañeros de trabajo y amigos que están acabando su helado, en el descanso de su turno. A excepción de Steve que atendía a unos clientes.
— Recuerda que mañana cubres mi turno. — repite un hombre de unos 26 años. Era de aspecto regordete y cabello rizado color castaño rojizo. Era también uno de los empleados del antiguo cinema Hawk.
— Lo sé, Samuel. — reitera la joven ajustando su mochila al hombro. Habían cambiado el turno para ir a algunos asuntos personales del compañero. — Debo irme, Billy me espera. — indica a Harrington que asiente. — Nos vemos, Robin, — mirando a la castaña que le hace un saludo militar — te veo mañana, Noah. — se despide del castaño caminando hacia la salida.
— Adiós, Fëanor. — responde el saludo efusivo acompañado de una sonrisa.
— Disimula, chico. — murmura Samuel al anterior. Cualquiera de los empleados podía ver el interés romántico que profesaba por la azabache. Excepto ella.