Más tarde, viajando en el automóvil azulado, los jóvenes llegaron a la institución escolar.
Ya la mayoría de los estudiantes se habían marchado, así que no se veía mucho movimiento.
— ¿Max te iba a esperar? — pregunta la joven al darse cuenta de la hora.
— No lo sé, probablemente ya se fue en su patineta. — expresó con desinterés.
La azabache asiente y se quita el cinturón de seguridad.
— ¿Y tú te irás con tu primo? — cuestionó sin mirarla. No quería hacer conversación con ella y mostrar interés pero tampoco quería que se fuera aún.
'Patético', indirectamente estaba rogando por un poco más de su atención. ¿En qué se había convertido? A veces ansiaba demasiado no haber abandonado California. Nunca habría pasado por esta situación tan confusa y alocada. 'Maldito pueblo'.
— Sí, — asiente — debe de estar por terminar su castigo así que me iré con él. — alega al recordar que era su último día de trabajo en la biblioteca — Además, debe tener mis cosas. — murmura al recordar que él debió guardarlas cuando volvió al salón.
El rubio asiente ligeramente.
Quería tenerla más tiempo a su lado, incluso la llevaría a casa. Sin embargo, eso significa que su mente colapsaría si pasaban más de un segundo juntos.
Aunque, ¿sería tan malo?
— Gracias. — la escucha hablar, trayéndolo a la realidad — De verdad, — poniendo una mano en la manija de la puerta — me la pasé bien. — señala, ya que sirvió de mucho para reanimarla.
Increíblemente, el ojiazul había logrado otra vez calmarla y hacerle olvidar la realidad. Tenía una forma peculiar de lograrlo pero funcionaba muy bien.
— Fue bueno romper las reglas, ¿no? — alardea poniendo su típica sonrisa.
— Sí, lo fue. — asiente, y muestra una sonrisa.
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Incluso piensa que romper las reglas una vez más no sería una mala idea; lo repetiría gustosa si fuera con el californiano.
Y Billy también lo volvería hacer.
Jamás había disfrutado hacerlo, aún cuando no pasó nada más íntimo; valió la pena.
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Después de un breve silencio, la pelinegra se despide viendo que él parece irá en un momento. Sale del automóvil para ir en busca de sus pertenencias.
Justo al llegar cerca de la entrada, avista a sus amigos.
— ¡Fëanor! — exclaman ambos.
Pronto están frente a ella y les muestra una sonrisa. Notan que se encuentra mucho mejor que antes.