𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

S2 - CAPÍTULO CUATRO - II

MAKING PROMISES
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Los hermanos no comprenden lo que acaba de suceder. Simplemente ven a la pelinegra huir de la cabaña con lágrimas en los ojos y sin decir una palabra.

— ¿Qué fue lo que viste? — interrogó con brusquedad el rubio a Ce.

¿Qué había sido para dejarla de esa manera?

— Su madre… — responde poniendo una mano en su pecho para controlarse. Había sentido la aflicción, la traición y la decepción en la azabache al descubrir la trágica verdad. Su madre la dejó olvidada en aquel lugar de tormento, como si no le importara. Ni siquiera titubeó en volver. Solo desapareció. — Necesita… — balbucea ya que ni ella sabe cómo reaccionar. — Debes ir con ella. — indica con ahínco, sabiendo que necesita apoyo en estos momentos.

Hargrove tras escuchar aquello, no duda y rápidamente sale por la misma puerta que su novia atravesó. Recorre con la mirada una dirección en la que pudo haber ido en ese inmenso bosque que rodea la propiedad.

'Maldición, Ivers, ¿dónde estás?', se dice observando ansioso a su alrededor. No podía dejarla sola mucho tiempo.

Como respuesta a su llamado, visualizó a la distancia una silueta entre los árboles, apoyando su mano en uno y la cabeza inclinada hacia abajo, su cabellera ocultaba su rostro. Aún así, sabía quién era. Fëanor.

Avanza hacia ella de inmediato y pronto está a unos pasos de distancia. Escuchando como jadea en cada respiración dificultosa; está entrando en un ataque de pánico.

— Fëanor. — la llama para que no se pierda en su mente. Necesita mantenerla lúcida para que no sea más complicado traerla de regreso.

Ivers tiene la vista enfocada en el suelo. Recordando cada parte de la escena lúcida que Once le trajo de vuelta. La memoria que su mente había bloqueado, haciéndola una especie de ilusión. Más ya no lo era.

Tenía razón su hermana. No es bueno traer tu pasado a tu presente. Debe mantenerse ahí. Para así no lastimar más.

Quizás eso fue lo único piadoso que su cabeza le hizo el favor de dejar oculto para no derrumbarse por completo. Pero, ¿aún podía mantenerse en pie después de saber aquella cruda verdad?

— Fëanor, mírame. — insiste el muchacho dando un paso más.

La joven parpadea un poco y oye la voz de su pareja.

Ahora se pregunta, ¿cómo pudo él soportar ese abandono tan pequeño? ¿Cómo tuvo fuerzas para salir adelante, para continuar?

Entonces supo que el rubio era más fuerte de lo que creía.

— Fëanor, necesito que me mires. — demanda tranquilo poniéndose a su lado.

Billy Hargrove, él podía ser el único que la comprenda y que la ayude a soportar. Ambos eran almas rotas* vagando por la vida, tratando de sobrevivir.

Teniendo eso en cuenta. Recompone su postura y lo mira sin poder evitar dejar de emanar lágrimas de sus cuencas oculares. — Me llevó ahí, — refiriéndose a su madre. — al laboratorio. — declara en un murmullo doloroso. Que impacta al chico. ¿Su madre la dejó en ese horrible lugar? — Ella me entregó a Brenner… — solloza con amargura.

El californiano traga en seco y su corazón se contrae al escuchar lo desgarrador de las tenues palabras salir de los labios temblorosos de su pelinegra.

¿Cómo consolarla? ¿Cómo hacerlo cuando él mismo pasó por el abandono de una madre que no le importó marcharse y dejarlo a su suerte con su maldito padre?