CAPÍTULO QUINCE - III

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DINNER TIME
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El atardecer llegó, ocultando poco a poco el radiante sol. Dando inicio a la noche y siendo otoño, más pronto arribó a Hawkins.

Significando también que era momento de la reunión entre dos familias para convivir.

Bullicio se escucha en el hogar Byers, donde los integrantes arreglan los últimos detalles para la cena.

— Fëanor, ¿te pondrás pantalón o algunos de los vestidos que te dieron? — curiosea la mujer al pasar por el cuarto de Jonathan. Donde estaba parte de la ropa de la pelinegra.

— Es solo una cena. — murmura con fastidio el castaño. Ya que ponían demasiado empeño en la vestimenta.

Joyce le lanza una mirada a su hijo que él no logra captar.

— Pantalones. — responde la muchacha.

— Bien, iré a cambiarme. — menciona dando la vuelta.

Mientras el joven se va a cambiar en el baño, la chica comienza a vestirse.

Había escogido unos jeans negros que se le amoldan bien al cuerpo pero no como los de cuero de la fiesta de halloween, una blusa tejida de manga larga color vino y sus accesorios siempre eran sus muñequeras de cuero para ocultar sus cicatrices y unos collares sutiles que siempre llevaba. A completando con unos zapatos deportivos color negro.

— Cariño, ¿puedes ayudarme con el cierre del vestido? — ingresando de nuevo la castaña

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— Cariño, ¿puedes ayudarme con el cierre del vestido? — ingresando de nuevo la castaña.

Ivers asintió y fue hacia ella quien ya estaba de espaldas. Realizó la acción y la mujer agradeció.

— Oye, creo que te quedaría bien algo de maquillaje. — sugirió tomando su barbilla. La ojigris solo alzó la ceja dudosa. — Será sutil. — reiteró, no dejando opción a la muchacha por negarse.

Sabía que Joyce la veía como la hija que nunca pudo tener. Esos momentos tiernos y normales para madre-hija eran muy especiales y los atesoraba con cariño. Por eso trataba de complacerla siempre que podía.

Fueron a la habitación de la mujer y comenzó a ponerle un poco de rimel para sus pestañas que las dejaba más largas y llamativas, omitió ponerle rubor en sus mejillas pues ella parecía tener uno natural al estar rosadas, y finalmente un labial más sutil que el de la fiesta pero que resalta sus labios carnosos.

— Listo, te ves hermosa. — halaga la castaña con una sonrisa.

Fëanor le sonríe abiertamente y agradece; enseguida se escucha el timbre que anuncia a un visitante.

— Debe ser Bob, — señala — hay que darnos prisa. — indica poniéndose los zapatos y la joven saliendo para ir por su chaqueta verde militar.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora