CAPÍTULO DIECIOCHO - III

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LET'S SHOUT
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Una vez librada la situación de escape, y viendo como la enfermera se da la vuelta para irse por el lado contrario. El rubio sonríe victorioso.

Fue muy extraña la situación que la mujer había supuesto en su mente. Una pareja de novios. ¿Por qué todos los adultos creían que tenían o podían tener algo serio? Ni siquiera la había besado, mucho menos pasar al siguiente nivel.

Deja la conversación cuando siente a la chica a su lado removerse; aún la tenía abrazada.

— ¿Por qué le dijiste eso? — le reclama alzando una ceja.

— Era la única forma de que nos dejara ir. — responde quitando su brazo de los hombros de ella.

Una ligera sensación de vacío le invade al separarse. En realidad estaba cómodo y se sentía bien estar a su lado.

'Ahg', eso es demasiado cursi de pensar.

— Se supone que no debemos salir de la escuela. — protesta la muchacha, saltarse un par de clases no era lo mismo a fugarse el resto del día.

— No seas gallina. — girando los ojos — No pasa nada si rompes las reglas de vez en cuando. — mirándola relajado.

La pelinegra recuerda que romper las reglas siempre le ha traído consecuencias. Principalmente cuando desobedecía a Brenner.

— Vamos, ¿nunca has roto las reglas? — interroga. Ivers responde en su cabeza. 'Más de las que crees', admite. — Porque creo que hoy es un buen momento, — prosigue cuando ella no habla  — luces del asco. — aludiendo a su apariencia.

Aunque realmente no le parece fatal su rostro decaído, tampoco la quiere ver así porque le hace sentir incómodo. Incluso prefiere su actitud anterior de apática y molesta. Por eso en cuanto quite ese semblante, se sentirá mejor consigo mismo.

Esperando la respuesta de ella, de repente la campana del término de clases inunda la escuela.

— Mierda. — habla entre dientes — Debemos irnos. — tomándola de la muñeca nuevamente.

No dando la oportunidad a que ella se oponga, la lleva corriendo por los pasillos.

Quien sorprendida ni siquiera puede protestar. Solo corre apresurada tras él, viendo la cabellera rubia ondear en cada paso.

Inmediatamente se encuentran en la salida del plantel. Ivers baja la velocidad para ver que la camioneta del gobierno no se encuentre cerca.

— ¿Qué demonios haces? — interroga exasperado — Date prisa. — volviendo a jalarla para que avance.

Cruzan el estacionamiento y la ojigris inclina su rostro hacia el piso para esconderse tras su cabello. No quiere llamar la atención y ser reconocida.

Enseguida llegan al vehículo del californiano y este rodea el auto para subirse del lado del piloto.

— Sube. — ordena abriendo la puerta.

Fëanor suspira antes de abrir también la puerta del copiloto y adentrarse al automóvil.

Billy en cuanto la ve acomodarse en el asiento, enciende el motor y el rugido característico se escucha.

Huyendo fuera de las instalaciones escolares.

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Avanzan por las calles sin decir una palabra.

Hargrove aún siente la tensión en ella. No le gusta lidiar con ese ambiente. Aunque quizá su mente estaba más dañada de lo que parece.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora