𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

CAPÍTULO CATORCE - II

WANT TO KNOW
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Las clases inician normalmente hasta la hora del receso.

Fëanor en la primera oportunidad busca a Steve para preguntarle cómo sigue ya que hubiera preferido irse con él el día anterior para ayudarle a curarse o con la preparación de la comida. Sin embargo, los padres de este tendrían una charla muy interesante con el castaño.

—… Me dijeron que ya era lo suficientemente grande como para seguir actuando como un inmaduro. — relata el sermón que le dieron sus padres, en especial su progenitor — Que debía comenzar a ser responsable porque la empresa en algún momento tendré que trabajar ahí, y debo estar a la altura. No como un niño. — expresa con fastidio.

Ivers se lamenta por los inconvenientes que le surgieron a su amigo aún después de todo lo sucedido.

— Así que también me castigaron para que aprenda a comportarme ya que no deberían de hacerlo con alguien de mi edad. — agrega molesto.

Su padre no se cansaba de repetirle su ineptitud y que debía madurar para ser una mejor persona. La cual deberá ser parte del negocio quiera o no.

— Aunque parecieron suavizarse cuando les dije que todo fue por la culpa de un idiota que actúe así. — menciona — Mi madre dijo que fue algo caballeroso de mi parte, — recordando que su madre apreciaba a la azabache y eso le ganó mérito con ella — pero también estúpido e inmaduro. — concluyó.

La pelinegra asiente, concordando. Había sido innecesario llegar a ese punto. Todo terminó mal gracias a que le siguió el juego a ellos.

— ¿Y tendrás los entrenamientos? — pregunta curiosa.

— Eh, no. — niega él — Nos suspendieron por unos días. — comentó lo dicho por el director.

— Al menos no los suspendieron de la escuela. — observa la joven.

— Cierto. — coincide — Solo que el entrenador no estuvo feliz por no estar estos días en los entrenamientos. — añade — Y nos lo hizo saber. — destaca recordando su molestia al gritarles en el gimnasio y descargar su enojo posiblemente al volver al equipo.

Tiene un ligero escalofrío por los dobles entrenamientos que tendrá para compensar los perdidos.

La ojigris sonríe en una mueca por todas las consecuencias en el pobre de Harrington.

Prosiguieron comiendo después de esa conversación.

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Al volver a sus demás horarios, les tocó ir al laboratorio para su clase de química.

Justo al ingresar, se topan cara a cara con el californiano y algunos de su séquito que veían con él.

— Ahg, los perdedores. — dice con desprecio una las chicas que venían en el grupo.

La azabache y el castaño suspiraron cansados. ¿No se cansaban de ser idiotas?

Steve lamenta haber pertenecido a ese grupo.

— No molesten. — advierte Harrington.

— Oh, no seas niña, Harrington. — interviene Tommy H.

Ivers gira los ojos fastidiada, ¿acaso no podía cerrar la boca?

Su instinto le hacía querer actuar y darle un escarmiento pero era peligroso teniendo a los agentes vigilando la escuela. Por eso, solo esperaba que no se volvieran a salir de control las cosas.