CAPÍTULO DIECIOCHO - II

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DAY OFF
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Fëanor se encuentra sentada en en el piso, apoyada contra la pared y Steve la abraza por los hombros para reconfortarla.

Mientras Jonathan intenta deshacerse del bote de basura ya inservible.

— Lo siento… — vuelve a disculparse — Creo que se meterán en problemas por mi culpa. — alude al desastre que se causó en el salón.

— Tranquila, nadie va a extrañar a un bote de basura. — bromea intentando que deje de agobiarse.

La azabache intenta sonreír pero no lo logra. No se siente bien aún.

— Vamos, ¿quieres que en el almuerzo te compre un postre de la cafetería? — ofrece para ver si se anima.

Sin embargo, ella sólo se encoge de hombros.

— Podemos ir a mi casa después de clases y decirle a mi madre que te haga un pastel. — propone para que tenga algo que le reconforte al salir de la escuela — Le caes bien así que lo haría encantada. — comenta viéndola de reojo.

Ivers repite la misma acción que antes ante la sugerencia.

No quería lidiar con más personas que le vayan a preguntar qué le sucede.

Steve suspiró rendido y se limita a agregar algo más. Parece que aún no tenía mucho ánimo. Así que solo apoya su barbilla en la cabeza pelinegra de ella.

Quien al inclinarse más con la nueva postura, enfoca su mirada en Byers. Que limpia el piso del hollín que se formó por el fuego del bote de basura.

La ojigris cambia de vista a su muñeca y observa la numeración de experimento. Esa marca maldita que le recuerda diariamente su pasado y su realidad.

De vuelta al laboratorio, donde acababa de usar sus habilidades.

Tras muchos intentos, siendo provocada, lo logró y el Dr. Brenner la miraba con un brillo en sus ojos.

Uno de sus más valiosos y favoritos experimentos había rendido frutos.

— Excelente, querida. — deleitado en su labor de hace unos instantes.

Había logrado asesinar a unos humanos debido a que la hicieron enojar.

Ahora veía como la examinaban, con arneses metálicos en sus brazos puestos hacia atrás. Si quería derretir los amarres, se quemaría ella también.

Rendida dejan que terminen sus labores de investigación.

Y ella observa como los ayudantes se llevan los cadáveres chamuscados y limpiando el piso los rastros del incidente.

Justo como Jonathan intenta borrar la evidencia.

Su piroquinesis era tan mortal cuando se requería que era también destrucción que la podía volver poderosa y despiadada.

Aunque no siempre era su aliada si la empleaba demasiado. O jugaba contra ella misma.

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Cuando finaliza la limpieza. Se encaminan a la salida pues no falta mucho para que la hora termine y comience el almuerzo.

Fëanor en cambio prefiere no volver hasta dentro de más tiempo.

— ¿Qué haces? — le pregunta Jonathan al estar ella quieta — Debemos volver a clases. — indica sabiendo que la profesora debe estar preguntándose por ellos.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora