Capítulo 36 | Bratva

3.3K 380 134
                                    

━━━━━━ ♛ ━━━━━━



Kapitel 36 | Bratva


— ¡¿Qué?! —Chilló Corine para la diversión de Akatzi y mi molestia. Me le quedé observando mientras ella se alarmaba. Lo tenía permitido, pero eso no evitaba que se me hiciera insoportable. — ¡¿Y por qué hiciste eso?!

Lucien muy relajado se sentó en uno de los sofás mientras Akatzi dejaba caer sobre ella, sus felinos ojos extremadamente divertidos.

— ¿Pretendías que fuéramos a su castillo? Los conoces más que nosotros ¿No? —Curioseó con una sonrisita rastrera, de esas muy inmundas que ocultaban secretos, pero no completamente la burla. —Jaen nos hubiera disparado con una bazuca nada más al acercarnos.

Su mirada cayó en mí lentamente.

—Les estás dando la oportunidad de rodearnos aquí. —Respondió Corine seriamente mientras comenzaba a moverse detrás de mí de un lado a otro. Ella no mentía, era una opción que tenía posibilidades muy altas.

Los ojos de Akatzi no dejaron de mirarme en ningún momento. Cómo tampoco perdieron esa suciedad burlista que brillaba muy fuerte en ellos.

—Sí. Pero no por rodearnos van a matarnos. No pretenderás que íbamos a venir a la boca del lobo, en este caso, Rusia, sin conocer al lobo ¿O si, muñeca? —Le habló, pero no dejó de ver mi rostro serio.

Prefería este terreno por más de una razón. Parecía que la única que no estaba de acuerdo era Corine.

—No. Pero pudiste avisarnos. —Se quejó de nuevo haciéndome aspirar.

Lucien soltó una risa de interés para Akatzi. Rodé mis ojos cuando lo invitó a hablar.

—Es preferible este terreno. En su castillo podíamos entrar, pero no había seguridad de salir. —Me habló a mí.

—No he negado eso. —Hablé por primera vez y Akatzi sonrió. —Saben que estamos aquí. Y nosotros sabemos que nos van a rodear. Lo que ellos no saben es que acabamos de llegar y que esta propiedad no tiene un as de protección.

—Pero vamos a fingir que sí. —El pelirrojo se pasó la lengua por el labio superior, saboreando el momento. —Eres lista, amor. Tan lista como hermosa. Une Déesse.

Lucien soltó un bufido que nos hizo observarlo. No nos miró, se puso de pies para diversión de Akatzi que no dudó en sonreír maliciosamente.

Akatzi tenía mucha confianza en ese cuerpo. Su actitud dejaba mucho para decir. Y eso lo hacia intrigante.

Corine se detuvo. No me giré. Akatzi la observo con ironía.

— ¿Hace cuando le dijiste eso a Haise?

—Realmente hablé con Jaen. —Respondió con una sonrisa curvilínea en osadía. —Ellos no deben tardar.

Corine respiró alto provocando que rodara mis ojos. Así como también que los ojos de Akatzi cayeran en mi con mucha burla.

— ¿Jaen? —Pregunté.

—El Conseiller de Haise. Un tipo con buen estilo, Mademoiselle. —Se sentó dónde anteriormente estaba Lucien. —Solo nos toca esperar.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora