Capítulo 01| ¿El inicio?

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LOS JUEGOS DE UNA TRAICIÓN

Capítulo 1 — ¿El inicio?



Junio 02, 2013


Aunque la lápida estaba frente a mí, aunque decía su nombre, y aunque las flores frescas estaban ahí, todavía no me atrevía a entender por completo la situación. Todavía no aceptaba el hecho y me aferraba a un recuerdo por no querer aceptar una realidad en la que el amor de mi vida estaba muerto.

De una forma graciosa, algo como esto siempre pareció imposible. Pero comúnmente dicen que los escenarios solo necesitan un instante para cambiar y yo debía aceptarlo, él no volvería. Exhalé con lentitud sintiéndome patética, lo que se escuchaba era tan lastimero que incluso cada respiración se oía como un quejido, intenté de todas las formas huir del castigo, pero de alguna u otra manera siempre terminaba frente a la lápida, esperando ingenuamente despertar de una pesadilla.

Me dejé caer sobre la tierra sintiéndola húmeda debajo de mis botas de tacón, el nombre de mi novio resaltaba demasiado y no pude evitar quebrarme como últimamente lo hacía. Lloré en voz baja sintiéndome rota, destrozada, sintiendo que continuar sin él era algo que no quería ni podía hacer.

—Hijo de puta.

—Vaya, que amor. —Murmuró una voz masculina de forma muy lenta en un tono divertido. La situación no ameritaba el carisma que emitía su voz, por lo que no me giré. — ¿No crees que no hay un descanso en el más allá si constantemente está escuchando tu lloradera?

— ¿No tienes nada mejor que hacer? —Pregunté comenzando a limpiar las lágrimas que bañaban mis mejillas porque llorar frente al medio hermano del que había sido mi novio no era un movimiento muy inteligente de mi parte.

—Estoy haciendo algo, pero tú con tu lloradera diaria me impides hacerlo. ¿No puedes llorar en tu casa es?

—No me molestes, Samael. —Respondí sin ánimos logrando sacarle una risita apenas audible, haciéndome inhalar con pesadez buscando encontrar una calma que comenzaba a extinguirse. —Solo déjame llorar. Vete a la mierda y déjame llorar.

—Llorar no va a traerlo de vuelta, comienza a ser hora de que lo entiendas. Y a ver si vas entendiendo también que tu quiebre es una molestia cuando no haces nada más que lloriquear.

— ¿Y qué quieres que haga? —Pregunté de nuevo observando la lápida de cristal que se lucía por sobre las demás.

—No estorbar. Y hacer algo, la contrariedad de su muerte es... —Exhaló y no tuvo que terminar de hablar para que yo le entendiera. —Concéntrate en la situación, necesito tu ayuda porque Octavious no va a dármela.

Sin poder evitarlo solté una risita irónica poniéndome de pie en el proceso y girando a verlo. Me recibió una mirada violenta y unas facciones lo suficientemente masculinas como para pasar por alto, mis ojos lo detallaron mirándolo con aborrecimiento, trayendo conmigo el pensamiento de que Samael y Evan no se parecían incluso aunque los genes de la familia Hodwerdflez se lucieran en cada generación.

La familia Hodwerdflez se mantenía formada por los sobrevivientes a una matanza que los mantuvo siendo el foco durante años. Octavious Hodwerdflez había sido el causante de acabar con la amenaza valiéndose de aliados y estrategias para salir vencedor de la situación, sin embargo, la masacre redujo el peso de su sangre dejándolo como único portador del apellido Hodwerdflez. Ahora él y el hijo bastardo que tanto detestaba eran los únicos Hodwerdflez vivos.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora