Capítulo 75 | Verdad, mentira, venganza y traición.

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Kapitel 75 | sanning, lögner, hämnd och svek.


En medio de la oscuridad no fue necesario cerrar los ojos, sonó lo suficientemente estúpida para saber quién era, agudice mi sentido auditivo para escuchar de dónde provenía. Sonreí elevando el vestido provocando que no hiciera ecos al arrastrarlo mientras me movía.

—Vaya, no pensé que lo descubrirías ¿Sabes? —Preguntó. —Él es muy listo.

— ¿Estamos jugando al gato y al ratón, Aina? —Pregunté en voz baja antes de moverme nuevamente. No me mataría, pero tampoco podía darle la ventaja de llevarme en bandeja de plata. — ¿Qué haces aquí sola?

— ¿Cómo sabes que lo estoy?

Su tono de voz alto y nada jadeante dejaron claro que la dosis de Sevicia que había ingerido, había sido eliminada por la cura. Mi mente no se enfocó en eso.

—Estoy repleta de hombres ¿Sabes?

—Hombres que no te sirven cuando de mí se trata.

Soltó una carcajada nuevamente y yo sonreí porque en parte, ya me había acostumbrado a los juegos con un oponente que disfrutaba de la oscuridad. Sin embargo, ese oponente no era ella, y aunque quisiera y por su sangre corriera un tipo de ventaja, todavía no tenía ventaja sobre mí.

— ¿No crees que alardeas más de lo que debes? —Indagó con un tono de voz tan confiado, que en mi silencio me quise reír.

Su voz y la mía era el único ruido de la sala, de resto, lo que resaltaba era un indicio de lluvia fuerte que dejaba claro que había demasiada calma en medio de una futura calamidad.

— ¿No hablas ya? ¿Qué se siente, Lu? ¿Qué se siente haber perdido desde el primer momento?

—No lo sé, nunca he perdido. —Admití colocando una de mis dagas en la piel de su cuello, presionando, mientras inmovilizaba su cuerpo. —Dime tú, ¿Qué se siente perder desde antes? —Susurré sobre su piel. — ¿Qué me dices tú, Aina Zoe Hodwerdflez? Enamorada de Evan... Tu primo.

Intentó soltarse pero no se lo permití, sin embargo, la habitación por cortos segundos se iluminó por un relámpago, y el espacio por ese lapso de tiempo me dejó saber que no estábamos solas del todo, y que había un muerto con nosotras en medio de la sala.

— ¿Oh? —Soltó a reír dejando caer su cabeza en mi hombro con osadía y relajo. —Solo es un título ¿Sabes? No es como si yo le fuera a dar un hijo. Pero no he sido yo la que ha perdido, porque desde que tú lo estás llorando soy yo la que gime sobre él. Y no sabes lo delicioso que es saber que estoy pecando, porque con él debajo, el infierno podría ser simplemente un paraíso más.

—Si Etzan estuviera vivo y te oyera, diría que no había escuchado en su vida nada más patético, Aina. —Musité en su oído siguiendo su juego, pero no la solté cuando en una jugarreta intentó algo contra mí.

—Por suerte, está muerto. —Se encogió de hombros. —La verdad es que nuestra intención nunca fue asesinar a ningún Illolent, pero que bueno que pasó ¿No? Lucían tan inocentes que su muerte fue lo que desató la verdad de lo que son capaces de hacer.

» ¿No te parece un poco egoísta que esté solito en el infierno? Yo opino que deberíamos mandar a sus hijos y a su hermano también.

—Creo que primero deberías ir tú a ver cómo está todo. —La empujé, sintiendo que no quería matarla de una vez. —Digo, no es que nadie te vaya a llorar.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora