Los juegos de una Traición.

Capítulo 54 |Para ganar es necesario violar la paz

━━━━━━ ♛ ━━━━━━

Kapitel 54 | För att vinna är det nödvändigt att kränka freden

Agosto 21, 2013

Siempre se ha dicho que, en los momentos de tristeza, miedo, dolor, euforia o cualquier otro, la percepción se altera en una realidad concreta. Eso deja claro que cualquier decisión se determina por el estado anímico que en ese momento se vive, por lo que elegir cegada por dolor, rabia y odio, no es algo favorable.

Así que me encontraba jugando ajedrez sola mientras la vía de mi antebrazo recibía la cura de la Sevicia.

Kol se encontraba a unos pasos leyendo un libro de medicina mientras estaba perfectamente sentado en su sofá. Su presencia se había decidido para estar al pendiente de cualquier anomalía.

Su presencia era como la de un fantasma, no era una molestia, y al estar en tanta paz, en tanta tranquilidad podía hacer mis movimientos en el tablero.

Lo que había hablado con Hidan era cierto, lo tenía todo planeado y la decisión de caos no estaba muy lejos del mandato. Sin embargo, yo sabía que no tenía que atacar de golpe o me equivocaría, y por eso estaba analizando el único conflicto del plan.

Mi plan era una idea de destrucción total y por lo mismo le había previsto las soluciones para que ninguno se adelantara a mi. Lo más racional e irracional estaban bajo mi sombra porque todas las consecuencias los iban a llevar al mismo camino; depender de mí, o morir.

Ellos se tomaron su tiempo para atacarme y acertaron. Así que yo me tomaría el mío para acabarlos.

—Se supone que los peones cuidan a la reina. —Escuché la voz de Kol y deslicé mis ojos fuera del tablero para mirarlo con la vista fija en las piezas. —Al sacarla de su casilla, peligra más.

—No si bloquea y está en constante movimiento. —Respondí con suavidad sin dejar de jugar.

—Siempre me ha parecido curioso cuando juega uno solo las dos piezas. —Siguió él —Es confuso, se trata de bloquear todo hasta exprimir el triunfo.

Sonreí deslizando mis ojos a la bolsa plástica que dentro tenía en forma líquida la cura.

—Se trata más que eso, Kol. Se trata de dividir el subconsciente para no pasarse nada por alto, se trata de prever estrategias que tú mismo estás formando.

—Eso es lo confuso. —Lo escuché reír suavemente. —No es fácil para muchos.

—En eso te doy la razón.

Por muchos minutos él guardó silencio y me miró atento mover piezas.

— ¿Si te pregunto algo te enojas? —Me preguntó ocasionando que lo mirara de inmediato y negara. — ¿Por qué no lloras? Está muy claro que te duele.

—No creas que pretendo hacerme la interesante, pero mi dolor no quiere emerger. —Me encogí de hombros volviendo la vista a las piezas. —Y sé, además, que llorar, descontrolarme y gritar no me va a ayudar.

Él guardó silencio nuevamente asintiendo como si entendiera

—La forma de vida que elegimos no puede tener un final feliz para todos ¿Verdad? —Volvió a hablarme. Sentí esas palabras, así como la claridad de sus ojos mieles que carecían de malicia.