Capítulo 56 | Nos vemos por distintos caminos

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Kapitel 56 | Vi ser varandra på olika sätt

Me mantuve sola, tranquila y en silencio jugando ajedrez en mi habitación mientras esperaba a Hidan. A mí lado había una copa de vino mientras en la fría habitación solo reinaba un silencio calmante. Sabía que vendría, Hidan no hablaba en vano. Además, teníamos algo muy importante de lo cual platicar.

Cómo si hubiera sentido mis pensamientos, la puerta de mi habitación se abrió y él entró por ella seguido de Diederick, de Rin, y de Eren. El último cerró la puerta con demasiado cuidado mientras mis ojos caían serenamente por las altas y arrogantes figuras masculinas que se posicionaban frente a mí.

— ¿Vive? —Pregunté volviendo mis ojos al tablero, moviendo un alfil. Escuché a un suspiro pesado que muy probablemente fue de Diederick mientras al mismo tiempo, todos se sentaban frente a mí, uno al lado del otro.

—Sí. —Murmuró Hidan obligándome con el tono de su voz, a mirarlo.

Diederick a su lado se pasó los dedos por la frente, rascando levemente su piel. Llamando mi atención por la soltura excesiva y el esmalte negro y perfecto de sus uñas. No había sorpresa ya, pero siempre llamaban mi atención.

—Dinos que sucedió. —Habló Diederick con voz grave, neutral y baja mientras al mismo tiempo movía su mano izquierda para mover una torre blanca en contra de un peón negro. Su índice me señaló todavía sosteniendo la pieza, y la mirada gris demasiado indiferente y poderosa, me miró con poco interés. —Habla y juega contra mí.

— ¿No deberías iniciar una partida nueva? —Pregunté mirándolo con petulancia y un poco de curiosidad, notando la seriedad de sus facciones únicas y la sonrisa egocéntrica de Hidan.

—No. Serás testigo de cómo destrono el juego que te planteaste en la cabeza. —Me dijo con demasiada calma, tanta, que incluso sonó altanero. —Al mismo tiempo, yo veré el tipo de concentración que tienes. Veré por mí mismo si te mides contra mí haciendo dos cosas a la vez. Al menos que claro, tengas miedo de hacerlo. Si ese es el caso, cosa que no me sorprendería, lo entenderé y me iré a dormir.

Sonreí cuando la mirada de Hidan estaba en mí fijamente, esperando una respuesta placentera en contra de su hermano, el cual, claramente no era cualquiera. Por lo mismo, como no era cualquiera, me gustaba el indirecto desafío en el cual quería hundirme.

—Bien. —Murmuré deslizando mis ojos nuevamente al tablero. Había jugado muchas veces con Hidan, no habían sido muchas veces las cuales le había ganado. Pero no me aterraba, secretamente me producía satisfacción tener a Diederick como contrincante.

Tomé a la reina bajo su mirada glacial y concentrada, pero me enfoqué en no hacer ninguna mueca mientras relataba confiadamente y paso a paso los hechos que habían ocurrido por la tarde, incluso el hecho de hacerles saber que estaba ahí, mirándome en todo momento, así como relaté mi intuición al creer que los conocía.

—Puede hacerlo, pero no está seguro de quiénes somos. —Murmuró Hidan concentrado en el codicioso juego que manteníamos su hermano y yo. —Y como no sabe quiénes somos, buscó jugar la carta del miedo contigo. Nada mal.

» Apuesto que nos investigó e incluso que nos investigar todavía, pero no hay absolutamente ningún rastro de Derick y mío en ningún lugar. —Sonrío gustoso deslizando con demasiado gusto sus ojos a mi rostro, lo sentí como una indirecta y el nombre de Samael vino a mí de inmediato. —Si lo consigue será porque yo así lo quiera, y en dado caso que yo quiera, se encontrará con la larga lista de rostros que he usado como los Sjøholt. En dado caso que yo decida lo segundo, se mantendrá dando vuelta en círculos.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora