Capítulo 20 | Este es un juego de juicio parte 2

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Kapitel 20 Det är en lek av dom, del två

Manejaba Rin.

Diederick iba en el copiloto.

Hidan, Leiko y yo, detrás.

Los demás iban en las otras camionetas. Había camionetas y escoltas de respaldo, dejando en claro nuevamente que el poder es una cosa maravillosamente deliciosa y que los Sjøholt manejaban vidas a su antojo, apoderándose de aquello que quisieran poseer. No había un límite, simplemente porque ellos estaban en la cima de un país que ellos habían moldeado.

Tristemente, Hanavy y Hinami venían como extras. Respaldo del malo.

— ¿Qué crees que encontremos? —Habló Hidan soltando un suspiro. Una respiración tranquila. Emanando totalmente relajo.

Lo preguntó al aire, pero Diederick le respondió.

—Muerte.

Eso hizo a Hidan reír a mi lado, dejando ir su cabeza con mucha calma sobre la oscura ventana que estaba a su lado. Parecía divertido de un momento a otro.

— ¿Y tú, Lucielle?

Me encojo de hombros con naturalidad. La verdad no sabía que podíamos encontrar, aunque, sin duda, la respuesta de Diederick era una posibilidad.

—Yo digo que podemos encontrar respuestas a lo que necesitamos. Es una base.

—No por ser una base podemos encontrar respuestas reales. Puede ser una fachada.

Él me observa, no me giro a verlo. Observo mis manos enguantadas mientras él parece sonreír con la vista en mí.

—Tienes un punto, pero dado lo que hemos encontrado, te apuesto que probablemente consigamos algo de utilidad. Además de los Firewood, ¿Tienes en tu cabeza a alguien más haciendo esto?

No respondí. Eso lo hizo volver a sonreír.

—Olvidemos eso. Tengo una pregunta más interesante, —Su voz cambió, un tinte juguetón y coqueto. — ¿Qué harás apenas vuelvas a Suecia?

—Tentar.

— ¿A Samael?

Giré de inmediato a verlo. Él ya estaba observándome. Aquellos ojos azules luciendo divinamente burlescos, pero al mismo tiempo, maravillados.

—Voy a tentar a todo aquello que me rodee, Hidan. Tentar, retar, y quizá matar. Es un juego de juicio, me dijiste, solo debo aspirar a estrategias muy buenas.

—Y a jugadores buenos en tu equipo. —Me habló Diederick desde su puesto. Su voz grave siendo baja y tranquila, con un tinte entretenido. —Expertos.

—Tus amigos no son novatos. Pero el único capaz de mantenerse vivo por si solo en este juego de depredadores...

—Es Samael. —Termino por él, y en un sonidito me lo confirma. Siempre adulaban a Samael porque merecía ser adulado. Aunque fuera un imbécil. —Por eso te divierte como manejo las cosas.

— ¿Qué estás manejando? ¿La tensión? —Curioseó con malicia. Me dio una sonrisa sugerente al mismo tiempo que elevó sus cejas. —No está mal, siempre y cuando sepas jugar. Además de ser una estrategia de juego, puede también ser algo más.

Me río en su cara.

— ¿Algo más?

—Una ficha para ti. Un detonante para quién intenta destruirlos. —Sus palabras sonaron sabías. Cómo un consejo muy ilustrado, traspasado por experiencia. Sin embargo, tenía sentido lo que decía, pues yo misma lo había pensado. Al igual que Samael. —Ten eso muy en cuenta. Te he dicho más de una vez que debes cuidarte de ambos lados. Eso incluye de Samael.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora