𝓣𝓲𝓸𝓼𝓽𝓮𝓰𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷
Desde la altura de mi habitación en el castillo, observo el cielo. Tan nublado como cuando llegamos, con el sol opaco, pero ahí, incluso aunque comience a caer la noche. Ese dato me parecía curioso. No había noche, por lo que pude escuchar en la conversación que Sillian mantenía con una de las mujeres del servicio.
Tenía mi teléfono conmigo. Anotaba todo lo anormal que veía. Lo primero, que Hidan y Diederick se habían perdido después de la cena, nos habían dejado a disposición de Rin y de Leiko.
¿Qué tanta confianza había con ellos? ¿Por qué darles control total en eso? ¿Tenían trato con la mafia japonesa?
No había duda que los Sjøholt escondían cosas que podían ser interesantes.
Y es que en toda mafia había secretos
Había engaños y había mentiras.
¿Cuál sería la de ellos?
Estábamos siendo ingenuos en quedarnos aquí. Principalmente porque ellos se habían perdido sin dejar rastro hace ya algunas horas. Estábamos sin armas y con una mujer incapaz de luchar por sí misma.
-Incapaz de... -Susurro golpeando mi teléfono con mis dedos antes de observar la gigantesca habitación que me tocó.
Observo cada rincón antes de ponerme de pies y comenzar a buscar pasadizos. Mi castillo los tenía, la academia, incluso algunas casas. ¿Por qué ellos no? A fin de cuentas, los pasadizos siempre eran un salvoconducto.
Siempre.
El castillo era inmenso, era gigante, apostaba mi orgullo a qué acertaba.
En el quinto toque me detengo. Aquí no los hay. Ni en mi habitación, ni en la de los demás. Definitivamente había sido una ingenua al pensar eso. No dejarías al cuidado de un ladrón, algo importante.
Así que en mis cuatro gigantescas paredes no había nada. No podía, porque era un cuarto de huéspedes.
Tecleo en mi teléfono en el chat de Corine:
𝘕𝘰 𝘷𝘢𝘺𝘢𝘴 𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘳𝘵𝘦.
La respuesta llega de inmediato.
𝑬𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒎𝒆𝒏𝒔𝒂𝒋𝒆.
¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶é?
𝑷𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒊𝒃𝒂𝒔 𝒂 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒕𝒂𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒒𝒖𝒊𝒍𝒂 𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒐.
𝘕𝘰 𝘦𝘴 𝘮𝘢𝘭𝘢 𝘪𝘥𝘦𝘢 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳𝘭𝘰.
𝑵𝒐, 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒆𝒔. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔 𝒑𝒆𝒍𝒊𝒈𝒓𝒐𝒔𝒐, 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔 𝒂𝒒𝒖í.
𝘚í. 𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘵ú 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘮𝘪 𝘱𝘭𝘢𝘯, 𝘢𝘴í 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘵𝘦 𝘥𝘶𝘦𝘳𝘮𝘢𝘴.
𝑩𝒊𝒆𝒏.
No pregunta ni responde más, cosa que me agrada. Me dejo caer en la cama pensando en el gran equipo que ella y yo éramos cuando estábamos pequeñas. En la niñez, en la adolescencia, ella siempre estuvo para mí y yo para ella.
Siempre hemos sido cercanos, pero no todos somos unidos. Nunca lo hemos sido. Solo hemos sido compañeros. Pero en Corine tuve una amiga en los momentos más difíciles o importantes. Y ella también la tuvo.
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Los juegos de una Traición.
Mystery / ThrillerMi vida nunca había sido perfecta. Nunca había tenido matices rosas ni momentos mágicos, todo siempre iba de la mano con una tormenta de caos que dominaba mi vida, y destruía la de quienes me rodeaban. Pero no me quejaba. Pero, no me quejaba. Siempr...