Capítulo 12 | ¿Aciertos?

3K 432 195
                                    

träffคr.

El lugar donde estacionamos parece un cuchitril. No sé a dónde mierda nos han traído, pero no me gusta.

Todos bajamos de la camioneta cuando Houis estaciona. Nos dirigimos a ellos. Ryson se encuentra observándonos a una distancia corta del auto, pero Lucien nos espera con una pierna sobre la otra, relajado con las manos en los bolsillos.

Su cara me desagrada. Su actitud también. ¿Que se cree este infeliz, de verdad?

- ¿No trajiste a tu casa? -Demanda Etzan con mucha superioridad.

Samael sonríe, llevándose el índice y el pulgar a los labios. Luce maldito al igual que Houis, que observa al rubio como si quisiera torturarlo lentamente.

Lucien sonríe, esa sonrisa luce retadora. Es inquietante, ¿Qué tanta libertad tenía este tipo? ¿Era un simple peón de verdad?

-Mi casa es el castillo.

-Ah, peor. No tienes nada propio. -Responde el mismo Etzan. Le da un vistazo al lugar tan horrible dónde nos ha traído.

El bar de Hans parece el cielo comparado con este suburbio tan inmundo.

- ¿Dónde nos trajiste, Luciano? -Curiosea Sillian siguiendo los pasos de su mellizo. - ¿Qué cosa tan horrible es esto?

-Señor, -Se entromete Ryson. No tiene un tono sumiso, pero sí de respeto. Sus dedos tatuados señalan el cuchitril. -Es un club. Los trajimos aquí porque no existen las reglas, solo el deseo.

- ¿Y quién te dijo a ti que queríamos venir a una mierda de estas? -Sigue Etzan.

-Ya cállate. -Pido con fastidio. -Entremos, estoy seguro que serás uno de los que más disfrutará el cuchitril este.

Etzan con lentitud eleva sus cejas hacia mí. El cabreo es notable en sus relajados ojos azules, pero no me importa. Su mellizo se ríe, pidiéndole que se calme.

Lucien sonríe con soberbia, y con esa misma sonrisa es el primero en entrar al lugar.

Ryson no. Él nos espera. Tiene la misma actitud seria de Rin, pero su actitud no es imponente. Y su belleza no es tan impactante.

-Vamos dentro. -Señala Houis con su cabeza el lugar, y no hay que esperar más para seguir.

Dentro todo es horrible.

Sin dudas, es el lugar más asqueroso que he pisado. Y no dudo que nos hayan traído aquí por gusto.

Cómo tampoco dudo que Houis no saque ventaja de esto.

Es espacioso, pero es horrible.

Hay todo tipo de juegos. Hay mujeres desnudas y mucho humo. Huelo el tabaco y también un poco de licor. Mis ojos captan a un montón de hombres, algunos muy mayores, gordos y con pintas de asquerosos camioneros. Otros, muy jóvenes como nosotros.

-Bueno, ese está muy urgido. Qué asco, hombre, que asco. -Habla Sillian para su hermano, pero yo también volteo a lo que señala. Tiene de piernas abiertas a una muchacha, la cual está acostada en una mesa de póker. Los pantalones de él están abajo, y la penetra frente a todos mientras muchos billetes caen sobre el cuerpo desnudo de ella.

De inmediato me asqueo.

Escucho a Etzan reír.

Mis ojos siguen deslizándose por el lugar. Noto que las mujeres desnudas son jóvenes, incluso, algunas parecen adolescentes. Trabajan aquí. Son el llamativo de los depravados vejetes que de seguro deben mantener la pastilla azul en sus bolsillos.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora