Ja ja, bueeeeeeeeeeeenas, Wattpad borró completamente el capítulo, ni siquiera lo dejó en borradores :))) Asi que lo vuelvo a subir, disculpen
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Kapitel 52 |Det finns fortfarande ett ljus, Lucielle
Ellos hablaban, todos hablaban y se movían alrededor de Alek mientras yo solo los veía y sentía como las manos de Sillian me sostenían con fuerza no buscando soltarme a mí ni a Etzan mientras gritaba y sufría con tanto dolor, como si pidiera despertar de un sueño en el que le habían quitado lo único que pedía.
El viento soplaba fuerte a causa del helicóptero sobre nosotros mientras podía ver a Hidan hablando por un teléfono observando el cielo. Parecía alarmado, lucía como si quisiera que su orden se cumpliera ya.
—Sillian... —Corine intentó tocarlo, pero nuevamente él le apartó la mano de golpe mientras mis ojos caían en el cadáver de Etzan, observando como tenía los ojos medio abiertos, y una sonrisa muy pequeña, pero perceptible en la boca, al igual que caminos de sangre que se deslizaban por sus comisuras. —Sillian, deja que se lo lleven.
— ¡Cállate! —Gritó fuerte mientras sostenía a Etzan contra su cuerpo con mucha más fuerza. — ¡Aléjate de nosotros!
Etzan sangraba todavía, y su sangre envolvía a Sillian y también a mí, manchándonos a los dos mientras estábamos ahí, pidiendo no estar ahí, pidiendo no sufrir así.
Y aunque lo sentía fuerte, no emitía nada. Ni siquiera un simple lamento.
Ni siquiera cuando volvió a gritar, maldecir y criticar, desgarrándose la voz por la simple verdad de que la única persona que era su otra mitad, se había ido, no iba a volver jamás.
El cuerpo de Alek lo elevaban en una fina tabla en dirección al helicóptero por la soga que sostenía su cuerpo. Hablaban, se movían, parecía ser claro en sus órdenes evitando una alteración en ellas, o una negación. No los entendía, no prestaba la suficiente atención a nada. Ni siquiera a Sillian que murmuraba una y otra vez palabras que lo rompían más porque Etzan no iba a responder ninguna de esas preguntas, no iba a abrir los ojos, tampoco iba a decirle que se callara.
Y se negaba a soltar el cuerpo del que una vez fue su hermano.
Me recordó a mí muchos meses atrás.
Me recordó a imagen muerta del hombre que amé por años, y como le pedí una segunda oportunidad a cualquier deidad, en busca de que su vida no fuera arrebatada. Evan estaba muerto ya, pero me aferré a mis pensamientos mientras pedía una y otra vez, que todo fuera un sueño. Así se sentía Sillian, y nadie podía culparlo. Nadie podía decirle que dejara ir lo que amaba, porque era él quien amaba a la persona que sostenía entre sus manos con tanta desesperación, y estaba muerta.
—Sillian, tienes que dejarlo ir. —Volvió a hablar Corine y su voz se quebró cuando se arrodilló frente a nosotros y lo miró como si no pudiera controlar el nudo que quería desgarrarse en su garganta. Tenía los ojos cristalizados, pero no lloraba. —Tienen que llevarse a Etzan. Tienes que dejar que lo saquen de aquí.
— ¡Que no! ¡Es mi hermano, no el tuyo! ¡Él se va a poner de pies ya, maldita sea! —Volvió a gritar, soltándome para sostener a Etzan con sus dos brazos, pasándole una de sus manos por la cara, llenándosela de sangre, cerrándole los ojos. —Mira, ve sus ojos. Solo está cansado. Déjalo reposar unos minutos, Corine, por favor.
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Los juegos de una Traición.
Mystery / ThrillerMi vida nunca había sido perfecta. Nunca había tenido matices rosas ni momentos mágicos, todo siempre iba de la mano con una tormenta de caos que dominaba mi vida, y destruía la de quienes me rodeaban. Pero no me quejaba. Pero, no me quejaba. Siempr...