Capítulo 82 | Illolent fuera

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Capítulo82 | Illolent fuera

Kapitel 82 | Illolent ut



Septiembre 24, 2014

El resto de la noche fue una negociación sin sabor en la que no comenté absolutamente nada y en la que mantuve una calma que por dentro me asfixiaba mientras intentaba no perder el hilo de lo que se comentaba, pactaba y necesitaba. Lyzander por su parte había controlado al líder siciliano sin ningún problema. Lo había engatusado y casi manipulado utilizando comentarios de análisis que debía por ley tener un líder. Sin embargo, las cosas no habían estado del todo sencillas, pero habían salido a favor del Hodwerdflez mayor que se lucía junto a su hijo, su sobrino y su posesión.

Yo, era ese centro de atención que producía todo tipo de interés en un atractivo italiano que con miradas indiscretas parecía hablarme, pero del todo no se atrevió a mas, la presencia de Samael a mi derecha provocaba cierta cautela, probablemente por ser un Hodwerdflez, por las vibras de impaciencia y reto que emanaba o porque su padre era quien tenía el habla.

Me mantuve en silencio en toda la negociación, así como Samael y Evan también lo hicieron. El primero con una perversidad notoria y el segundo como simple táctica a facilitación. Jason no volvió a aparecer en toda la noche, así como tampoco nadie tuvo la osadía de sacarnos del club Lefebvre. Cosa que realmente no me esperaba.

Exhalé pesado moviendo la ficha de ajedrez en el jardín de la mansión italiana mientras Samael se encontraba en su habitación. El insistente sol del mediodía se volvía un pequeño placer en un encierro trasversal, pero placentero y tranquilizante.

Nikki se mantenía a lo lejos liderando el escuadrón de hombres que protegían la mansión y que tenían como principal objetivo no dejarnos salir incluso aunque nunca lo hubiésemos planeado. Las calles estaban completamente controladas por los hombres de Stefano Costello y su padre Francesco Costello, los nuevos socios de Lyzander. Todas las calles estaban militarizadas por los hombres comprados a los cuales Lyzander les había dado más poder y control, inclusive aquellos que habían estado con él desde sus inicios.

Italia se lucía cómo un territorio de máxima seguridad y a su vez, como una prisión, incluso se había decretado un toque de queda por fuentes políticas incluso aunque el de la idea había sido Lyzander. Exhalé suavemente observando el tablero sin cuestionarme todavía qué jugadas debía accionar y luego controlar. Había una muy importante que estaba prisionera y debía liberar para luego destronar, pero la partida me mantenía pensando más de lo normal y no la podía completar.

Además, en el país de mierda en el que me encontraba no tenía un respaldo necesario para destronar ficha por ficha y todo se volvía una nueva partida donde seguía siendo el foco. Y eso ya me sofocaba.

— ¿Una copa, señorita Lucielle? —Preguntó una de las empleadas dirigiéndose a mí con un tono afable. La sumisión que me obsequiaban era simplemente un elemento a la calma a la cual yo no debía acostumbrarme.

Intentar manipular utilizando el ego eran cosas que hacia yo, por ende, no eran cosas con la cual permitía que me manipularan.

—No.

— ¿Un jugo?

—Vete.

— ¿Necesita algo en especial?

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora