Capítulo 30 | Futuros líderes

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Kapitel 30 | Framtida ledare


Julio 01, 2013

Lucien observaba la carretera ignorando lo que sostenía entre mis piernas con mucha facilidad mientras conducía por las boscosas calles suecas, en silencio, y con la sumisión perfecta que emergía al estar frente a los Sjøholt.

— ¿Y si Samael no te lo dice, no lo piensas? —Habló Diederick con esa voz relajada y desinteresada, ignorándome. Dándole toda su atención sus uñas, las cuales pintaba con un nuevo esmalte negro. —Mal, como siempre.

Se encontraban en aquel despacho del cual poco salían. No me veían desde su laptop, parecían verme desde un televisor, pues yo podía ver toda la habitación. Incluso a Rin y a Leiko cruzados de brazos mientras observaban en silencio.

Rodé los ojos.

Lucien soltó una risa.

—Siempre tienes que estar preparada para lo peor. Es una mafia. Lo que dicta las reglas es el poder, y los pactos se sellan con sangre. No puedes pretender tener todo a tu mano si no analizas todo el panorama. —Se queja, dándome una mirada fastidiada con aquellos ojos grises derrochando cinismo. — ya debías estar preparada para cualquier opción de vida presente en tu maldito novio.

—Tienes razón Derick, pero el verlo muerto, nubló todo tipo de opción de vida en él. —Le respondió su hermano, mordiendo una manzana. Masticando con lentitud. —Sin embargo, Lucielle, es momento en que ya no tengas factores sorpresa rodeándote. Y para evitar esos factores sorpresa, necesitas dejar de lado tu pasado. Eso incluye tus sentimientos por Evan.

» Si Evan está vivo o no, poco importa. Tu única opción en todo esto es mantenerte viva mientras sales ilesa del banquete de sangre que se va a ofrecer.

—Los seres humanos son débiles ante la muerte. —Murmura Diederick dándome su atención por fin. — ¿Qué se despierta completamente en un ser humano cuando está frente a la muerte de un externo conocido, Lucielle?

Elevó una de sus blancas cejas con mucha soberbia mientras aquella mirada gris lucía paciente.

—La compasión. —Respondí, haciéndolo sonreír con descaro y asentir.

—Sí. El ser humano despierta la compasión completamente ante una muerte. Esa compasión se presenta al muerto indirectamente como una disculpa a todas las fallas presentes que le notaste en vida. Lo que en vida te desagradaba, en su muerte lo recuerdas con nostalgia. —Elevó ambas cejas invitándome a desmentirlo. —La compasión ante la muerte es hipócrita, porque buscas enmendar errores que no son tuyos. Así que apágala. Con Evan no la tengas, en caso que esté vivo, esa sería tu propia falla. Un talón de Aquiles que usarán contra ti.

Hidan asintió con la vista perdida en mí mientras masticaba lentamente, como si su mente se hubiera perdido.

—Lo sabes, ¿Verdad? —Volvió a preguntar Diederick, sonando arrogante. —La cosa es, que lo sabes, pero lo ignoras, ¿Por qué?

—Conmoción. —Respondió Hidan por mí. —Ya te lo dije. Lucielle amó a Evan, o en su defecto lo quiso. Compartió con él cosas que ni tú ni yo sabemos, así que una parte de ella todavía no sobrepone esa perdida. Menos, al verlo muerto. Y mucho menos ahora, que acepta que hay una posibilidad de que viva.

—Pues si no se sobrepone rápido, si no empieza a analizar el tablero con una figura de Evan viva, solo está atrasando el perder el juego. —Le habla a él, pero me observa con mucho fastidio. Cómo si no lograra entender. —Apaga los sentimientos que tuviste, a fin de cuentas, si Evan está vivo o muerto, esos sentimientos nunca van a dejarte pensar con claridad.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora