Kapitel 17| Jag gillar leka med eld och du gillar hycklar
Nuevamente, en el despacho de los Sjøholt estamos todos. En silencio, con un montón de papeles colocados estratégicamente frente a nosotros para que saquemos análisis.
Un trabajo pesado.
A la nueva mascota de los Sjøholt, no habíamos podido tocarla. Y él no habló más. Literalmente, no habló más. Diederick saco su lengua, e intento hacérsela tragar cuando descuidadamente insultó a su hermano.
Lo que parecía ser un problema, hasta que Hidan mencionó que no era la única manera de hacer hablar a alguien. Lo sabíamos, pero era algo odioso poder lastimarlo, y no dejarnos.
—Tiene que estar faltando una pieza obvia que no estamos viendo. —Hablo yo, tocando con mi dedo índice una foto sobre el mapa de Suecia.
—Si no la están viendo es porque sencillamente, ustedes no están aptos para este tipo de juegos. —Me responde Hidan soltando un suspiro. —Ustedes son el futuro de la desdicha de Suecia. Son el legado. Así que ustedes, como futuros secuaces, compañeros, reyes y señores, deben hacer funcionar sus cerebros como uno solo.
» Y cuando logren eso, crear un tablero de juego en donde ustedes nunca puedan caer.
¿Hablaba la voz de la experiencia?
Alek suelta una risa. No llevo mis ojos hacia él, siento una pesadez maldita sobre mi cuerpo. Solo quiero dormir.
—Me da curiosidad que ya no hables de traiciones.
—Es que, como ves, ya se está aclarando. —Los ojos de Hidan brillan en prepotencia. Astucia. Malicia. —Todo cae siempre por peso. Se está demostrando el primer círculo de traición que no se pudo sostener. Luego, caerá otro, luego otro, y otro... Hasta que el círculo esté a la vista.
» Alek, la traición existe desde el inicio de los tiempos. Todos siempre estamos traicionando a alguien, o algo nuestro. —Cruza sus manos sobre su pecho, dejándose caer en una de las sillas de la gigantesca mesa. —Incluso, cuando te mientes a ti mismo, te traicionas.
—No es lo mismo. —Alek lo interrumpe. —No es lo mismo que lo que está pasando.
Hidan sonríe con encanto. Aquella sonrisa jovial, con aire señorial por todos lados tenía unos carteles totalmente arrogantes de "Yo lo sé todo". No sabía si eso era para molestarse o para admirar, pues, aunque tenía mis dudas sobre los Sjøholt, también sentía cierto tipo de curiosidad y admiración. Además, se compraba cada segundo que los bastardos eran sumamente inteligentes. Analizaban todo con una facilidad intensa.
— La traición es lo que hizo al hombre que existe hoy en día. El hombre de esta tierra nació a base de una traición. Esa traición, la pagamos todos. Entonces, ¿Cuándo una traición no es una traición?
Diederick no deja a Alek responder. Se pone de pies, una mano cubre su boca al bostezar. Sus ojos se cierran y el esmalte negro de sus uñas, nuevamente queda a la vista.
El esmalte en sus uñas era algo nuevo que veía en un hombre. Admitía que se veía llamativo y precioso.
—Me voy a dormir. Estoy harto de estos suecos. —Le habla a su hermano. Aquella monotonía inmunda que siempre habitaba su tono de voz, estaba presente. No esperó que Hidan le respondiera, sencillamente hizo su camino hasta la puerta del despacho, la abrió, y sin girar salió, cerrando con fuerza la puerta.
Hidan rueda sus ojos, de inmediato girando a ver a Rin.
—A veces es un niño, admítelo.
El asiático se encoge de hombros sin una sola mueca.
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Los juegos de una Traición.
Mystery / ThrillerMi vida nunca había sido perfecta. Nunca había tenido matices rosas ni momentos mágicos, todo siempre iba de la mano con una tormenta de caos que dominaba mi vida, y destruía la de quienes me rodeaban. Pero no me quejaba. Pero, no me quejaba. Siempr...