Capítulo 19| Este es un juego de juicio

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Kapitel 19 |Det är en lek av dom


Parecía que eso era algo que no se esperaba y que lo tomó con la guardia baja. Se recompuso rápido, pero trago saliva dos veces.

El impulso de Rin fue girar en mi dirección de una manera muy bruta y notoria, como si no esperara que de mi boca saliera aquella confrontación. Estaba tan tranquila frente a ellos como Ryson.

Miedo a morir no tenía.

La diferencia es que sentía que aún no estaba lista.

Hidan observo el piso y sonrío con un poco de maldad. Su mirada fue fuerte al observar aquel piso de tierra en el que estábamos. Se llevó el pulgar a la ceja y se rascó antes de dejar caer sus ojos sobre mí.

Y era como tener a un Hidan Sjøholt diferente. Lucía como el Hidan que conocí apenas llegué. Esos ojos fieros y sucios bailaban entre el vacío y la oscuridad de una manera impecable y satisfactoria para mí.

Me miraban con fuerza. Cómo con ganas de que sintiera todos sus demonios.

Y me gustaba.

No me gustaba rodearme de gente que no representaba ningún peligro.

—Sí. —Respondió. Su voz un poco más fuerte y más ronca, totalmente cambiada. —Yo maté a Dalilha con mis propias manos. Ese puñal que la mató, lo clavé yo.

Joder.

Él mantenía aquella mirada que lucía peligrosa con un fingido relajo. Hidan estaba tenso. Esperaba más.

—Tristemente, la pregunta del arco es una sola. —Sonrío, nuevamente, aquella sonrisa con aires de perversión. —Y ya te la respondí. Aunque, mataría por saber porque hiciste esa pregunta.

—Si te digo como lo sospeché, ¿Vas a responderme otra pregunta? —Sueno irónica y en control, pues es obvio que Hidan no va a aceptar responder algo más.

Pero había admitido que él mató a Dalilha de verdad. No parecía mentir.

—No. No te diré más que eso, Lucielle. Pero, deberías tener en cuenta que ser curioso no es malo, malo es cuando dejas a plena vista esa curiosidad. —Fue un consejo, pero se sintió como una amenaza por ese tono tan rastrero con el que me habló.

Mi respuesta fue encogerme de hombros, dispuesta a aceptar cualquier cosa proveniente de él.

—Eso suena como una amenaza, Hidan. —Sonrío, elevando una de mis cejas.

Él me imita.

—Yo no amenazo. —Me respondió socarrón y le dio una mirada a las flechas en las dianas soltando un suspiro. —Lucielle, si no me recordarás tanto a alguien, ya estuvieras muerta. Te he dejado pasar muchas cosas por el simple hecho del recuerdo.

¿A quién podía recordarle?

Si él había matado a Dalilha era obvio que a ella no le recordaba. Me hubiera matado nada más confirmarlo.

—La vida se trata de desafíos y de ingenio. Pero soy adolescente como muy bien lo dijiste una vez, —Le respondo en calma. —Mi ciclo también va unido a la idiotez.

Eso le hace sonreír, soltando una risita grave a la vez, dejado en el pasado aquella actitud de oscuridad que en un principio lo rodeo.

— ¿Estás poniendo tu idiotez como excusa? —Me pregunta sin mirarme, parecía tener ganas de disparar nuevamente su arco, pero no tenía flechas.

—No. Lo que tú ves como idiotez, yo lo veo diferente.

Sonríe, y no me responde. Pasados algunos segundos él suelta un suspiro.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora