Los juegos de una Traición.

Capítulo 62 | 16 Shots

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Kapitel 62 | 16 skott

El castillo Von Parker era descomunal, incluso más que aquel que compartía con Luca y Katherine. Se mantenía repleto de personas que me custodiaban y parecían estatuas siguiendo el protocolo que yo misma me encargué de establecer. Así como también en las continuas salas se encontraban aquellos que estaban allí por una mejora para mí que finalmente fuera ventajosa para ellos.

El drama político continuaba incluso aunque pretendían apagarlo. Todo lo que hacían era murmurar y hablar, señalando culpables para denominar nuevos políticos que ya conocía, por lo que el nuevo orden jurídico sueco, no era una sorpresa.

—No quiero errores. —Murmuré a mis hombres viendo la gigantesca fachada de un psiquiátrico. —El único interno que sale, y sale vivo es Houis Klarwring.

— ¡Si señora! —Gritaron a coro, acatando mi orden, comenzando a moverse con astucia, siguiendo las pautas ya dadas, uniéndose a la oscuridad que otorgaban los altos árboles que creaban un pequeño jardín rodeando el asilo y que lucían realmente tenebrosos por la negrura de sombras que concedían a la fachada.

— ¿Segura que esto es lo una buena decisión? —Preguntó Sillian a mi lado con la mascarilla puesta dejando que su rostro no se viera. Realmente, que nuestros rostros no se vieran era nuestra única tarea.

Había que desestabilizar varios factores, por eso el contrarreloj ya llevaba un característico "Tic, tac" que me tenía ansiosa.

—Es Houis. —Siguió Sillian cruzándose de brazos. —Un Houis que ha estado retenido por meses, incapaz de saciarse a gusto.

—Necesito sacarlo o lo van a matar apenas se enteren que estamos aquí, —Admití viendo a Lucien a su lado lucir aburrido. —Además, necesito un desorden que desencadene otro.

— ¿Ya planteaste controlar las consecuencias? —Preguntó él sin mirarme, mirando el psiquiátrico completo con ojos fijos y sin vacilar. Había crecido en más de un aspecto, podía notarse. —Podemos mantenerlo dopado, he creado...

—Sería peor. —Respondió Rin por mí, cruzándose de brazos mirando el lugar alto y blanco siendo alumbrado por reflectores, sin embargo, las sombras de los árboles y el sonido de los grillos le daba un aire tétrico.

El caos no tardó en iniciar, así como el sonido de las balas no tardó en retumbar. La seguridad del psiquiátrico la tenía Eren, así como mis hombres tenían claras las órdenes de no dejar a nadie vivo. Al mismo tiempo, Lene se encargaba de las cámaras que guardarían el material que debía utilizarse para dejar a los entes políticos como unos incompetentes nuevamente.

Necesitaba caos y caos creaba.

No lideraba aún aquí, pero tenía claro lo que haría. Tenía fija cada decisión y cada estrategia de uso, así como también no solo tenía a los hombres que seguían el legado Von Parker. También tenía a los Sjøholt, y tenía a los Shōtoku, parte de la Yakuza. Y todas esas fichas pretendía utilizarlas.

Debía dar un pago por ello y lo aceptaba. Hubo meses en los que me encontré en el peor aspecto y estuvieron. Aunque los Sjøholt no habían pedido nada, los favores se pagaban y cuando finalmente el deseo por poseer algo y estuviera en mi mano, yo debía darlo.