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Kapitel 73 | Klockan tickar
A veces, una ironía bastaba para que nadie sospechara de tus decisiones, no cuestionara tus acciones y no se entrometiera en tu camino. Jugar a meterte a la cabeza de tu enemigo no era un plan difícil cuando sabías cómo pensaba, pero era aún más sencillo doblegar sus pensamientos cuando lo hacías creer escenarios que a sus ojos, no eran una duda.
Cómo el trastorno psicótico de Houis Klarwring.
Houis Klarwring era un reto en constante movimiento, un alma hueca, vacía y perversa, sin embargo, Houis Klarwring era muchas cosas, excepto una. Dicen que las bestias por inercia atacan, doblegan y se centran en su beneficio, sin embargo, poco se habla de que en las bestias no solo existe fuerza bruta, sino que existe también la sobrevivencia animal y esa es la que provoca la astucia.
Teniendo en cuenta eso, no evitó que mi brazo se elevara en su dirección mientras al mismo tiempo una risita brotaba desde su garganta al notarlo, ocasionando que carcajeando corriera mientras yo descargaba el cartucho a la velocidad de la luz. Fue lo suficientemente rápido para esconderse en la pared que tenía al lado de él, evitando que mis detonaciones cayeran sobre su cuerpo.
No devolvió las balas, pero no dejó de reírse en ningún momento mientras las balas retumbaban contra la pared, dejando huecos y cartuchos resonando en el suelo mientras ignoraba completamente las palabras de Hidan.
— ¡Maldito hijo de perra! —Grité en dirección a él bajando el arma cuando se encasquilló por falta de balas.
— ¡Ay por favor! —Se burló enseñando medio rostro, su tono divertido me hizo aspirar fuertemente mientras la mirada que me regalaba era un siniestro brillo divertido en el que centelleaba la burla. — ¿No te alegras de verme con vida? ¿A mí?
— ¡Mi maldita palabra se respeta! —Farfullé nuevamente mientras cargaba un nuevo cartucho que volvía a detonar en dirección a la pared. — ¡No tenías que matar a Lucien! ¡No tenías por qué venir y joderlo a él!
—Oh mierda. —Soltó una risa aún más alta mientras Hidan tomaba mi muñeca, quitando con su mano libre la pistola que sostenía con mis dedos calientes. Houis habló, pero Hidan me acorraló en la pared mientras metía una de sus piernas en medio de las mías y su rostro quedaba frente al mío con sus ojos azules demandándome serenidad.
—Cálmate. —Murmuró con un susurro de imponencia. — ¿Qué se supone que estás haciendo?
Aspiré aire, su aire, mientras cerraba los ojos y buscaba imitar su respiración porque descontrolarme y dejarme llevar por el cabreo que tenía dentro solo traería la muerte para todos nosotros. Houis se posicionaba justo al lado de ambos cruzado de brazos con una mirada divertida que me provocaban ganas de mutilarlo.
—No me digas que llegaste a sentir aprecio por semejante peón. —Mencionó callando cuando Hidan posicionó el cañón de la pistola en su frente. Eso desencadenó una sonrisa maliciosa, demasiado encantadora, como si amara la situación. —Uy, ¿Tema delicado?
—No tenías...
—Sí, tenía que matar a Lucien. —Habló Hidan por él, apartándose de ambos mientras daba pasos atrás, mirándose tan imperioso como de costumbre. —No era parte del plan de nosotros, pero era lo adecuado. Si debíamos infiltrar a alguien más debía ser Houis tú misma lo pediste, y no iban a creer que Houis decidió darte la espalda de un momento a otro porque sí, así como no iban a creer que tú decidiste alejarte de él porque sí.
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Los juegos de una Traición.
Gizem / GerilimMi vida nunca había sido perfecta. Nunca había tenido matices rosas ni momentos mágicos, todo siempre iba de la mano con una tormenta de caos que dominaba mi vida, y destruía la de quienes me rodeaban. Pero no me quejaba. Pero, no me quejaba. Siempr...