Capítulo 42 | Jugar juntos

5.2K 444 1K
                                    

━━━━━━ ♛ ━━━━━━

Kapitel 42 | Leka tillsammans

—Y por eso contrarresta las funciones de la Sevicia. —Me habla Sillian maravillado, señalándome las muestras que se presentan ante mí cómo algo muy bien hecho. Algo aterrador, algo delicioso para este mundo impuro. —Sin embargo, no va a contrarrestarla si la Sevicia ha sido ingerida por mucho tiempo porque su función es destruir. Así que para personas como las de los calabozos, esta cura no funciona. Su única cura sería que alguien se apiadara de ellos y los matara.

Asiento mientras él se hace una coleta con sus cortas hebras platinas dejando leves mechones cortos sobre su frente.

— ¿Qué opinas?

—Que han sido subestimados por muchísimo tiempo, y que les gusta que los subestimen. —Respondí haciendo que sonriera y que Etzan rodara sus ojos.

—Siempre es bueno esperar el momento justo para atacar. —Murmuró Etzan con una pizca de fastidio. —Teniendo claro esto, ya te puedes ir.

Sillian soltó una carcajada alta mientras me cruzaba de brazos y Etzan me miraba con una calma lo suficientemente arrogante como para divertirme.

—Igual también tenemos que irnos. —Le habla Sillian antes de girarse a Fiorella, cuya primera impresión me tiene en terreno neutro. —Hazte cargo de todo, y si algo pasa, no dudes en llamar.

—Claro. —Respondió con una sonrisa. Etzan la observó por largos segundos con un frío relajo antes de rodar los ojos. —Hasta luego.

—Espero que sigas indagando en una manera de contrarrestar la sequedad tan notoria que produce. Esa única falla es la única alarma. —Murmuró Etzan hacia ella con ese típico tono altivo y absurdamente imponente haciéndola asentir de inmediato. —Yo tengo cosas que hacer, los veo en la academia.

Noté el cambio repentino de Sillian. Y esperé observándolos con diversión. Porque sin dudas lo que se avecinaba podía divertirme.

— ¿A dónde vas?

Etzan lo observó como si no perdonara su insolencia y parecía no tener intenciones de responder, sin embargo, Sillian parecía muy dispuesto a obtener información. Era un poco entretenido ver el contraste tan notorio entre ambos mellizos. Sillian siempre había parecido ser la luz de los Illolent y Etzan la oscuridad.

Finalmente, rodó sus ojos y sin decir una palabra salió de la habitación dejándonos a Sillian, a Fiorella y a mí sin ni siquiera despedirse. Cosa que no era algo nuevo, pues en Etzan parecía vivir la altanería.

Solté una risa cuando Sillian observó la puerta con un desagrado demasiado notorio en sus delicadas y finas facciones.

—Adiós. —Murmuré con total diversión hacia él, moviendo mis dedos en una lenta despedida mientras asentía en mi dirección.

—No vemos, Lu. —Respondió con una leve sonrisa astuta a la que la acompañó un guiño coqueto. Sonreí porque esas líneas estaban muy claras para mí, y debía fingir ante Sillian que no.

Le devolví el guiño saliendo de la habitación. Diferente a Etzan, Sillian parecía confiar en mí lo suficiente como para dejarme la libertad de moverme sola por la fachada pulcra que engendraba la letalidad que por uso traería el dolor ajeno envuelto en poder.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora