PREFACIO

13.2K 1.3K 190
                                    


  Mi vida nunca había sido perfecta. Nunca había tenido matices rosas ni momentos mágicos, todo siempre iba de la mano con una tormenta de caos que dominaba mi vida, y destruía la de quienes me rodeaban.

Pero, no me quejaba. Siempre tuve todo lo que quise, cuando quise, y como lo quise. Digamos, que eso era el precio de una vida que no me pertenecía.

Sin embargo, podía decir, que Evan Hodwerdflez había sido un rayo de luz en mi vida. Había sido tanto, en tan poco tiempo, que de verdad me asustaba, pero cada momento junto a él fue más que perfecto.

Por eso, cuando lo asesinaron, hubo una pausa en todo. Se derrumbaron sentimientos que no pensé que tenía, y se fortalecieron unos viejos.

Nos habían robado la oportunidad de ser felices en un segundo. Se habían llevado su vida, como también se habían llevado nuestros sueños con ella. Lo que es un poco irónico de ese suceso, es que para mí, Evan Hodwerdflez había sido el ángel más bello jamás visto, mientras que para otros había sido el mismísimo lucifer encarnado mientras se encargaba de poblar sus vidas de sufrimiento y perdición. Y no me quejaba, porque es que la verdad, no me importaba en lo absoluto, me importaba una mierda.

Para mí Evan había sido perfecto, y ese siempre iba a ser mi decreto.

Habíamos nacido en cunas de oro repletas de sangre, por eso crecimos rodeados de traición y de muerte mientras éramos cuidados bajo las mantas de una asociación que solo quería más y más poder.

Éramos desgracias que no debían existir, sin embargo, para mí, Evan no merecía morir. ¿Qué te digo? Él sencillamente era demasiado.

Pero lo peor del asunto, fue que quien disparó el arma en su frente, quien le arrebató la vida, quién dejó ir el brillo de sus ojos y llevó su alma hasta el infierno, nos rodeaba. Siempre estaba. Nos había traicionado tan fácilmente, que si lo notas desde otra perspectiva, fue estúpido.

Caímos en sus juegos. En todos. No hubo uno que nos saltáramos, y eso fue un gran golpe para mi ego.

Caímos tan fáciles como nuestros enemigos, caímos por crédulos. Y por crédulo Evan murió por los juegos de una traición.

Los juegos de una Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora