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Kapitel 61 | Med svett och blod tar han allt de har
Natsuki Shōtoku. Sabía quién era incluso aunque fingiera que no. No podía ser un libro abierto cuando las situaciones me obligaban a ser una hoja en blanco. Por lo mismo Aristóteles decía que el sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre todo lo que dice.
Entendiendo ese concepto, siempre pensaba lo que decía y como lo hacía.
Conocía desde hace mucho quiénes eran aquellos tan cercanos para los Sjøholt, de ahí entendí que incluso aquello que no brilla a primera vista, es valioso.
— ¿Entonces no hiciste nada?
Hice un mohín incluso aunque él solo estuviera viendo mi espalda. Me demoré en responder por capricho, mientras miraba por el ventanal natural que formaba un templo de Kioto.
Aunque Rin y Natsuki fueran hijos de Raiden, yo no era familiar, por lo que no podía quedarme en el mismo lugar que el líder de la Yakuza. Así como por seguridad, no estábamos en el mismo lugar.
Giré suavemente antes de medio sentarme en el escritorio que estaba frente a mí, manteniendo mis ojos en su figura. Era un hombre un poco más alto que Rin, quizá por unos centímetros. Ojos rasgados que lucían amenazantes junto a un porte de ganador indeseable. Tenía voz grave y melódica, demasiado varonil, e incluso aunque me estuviera hablando en sueco, podía escuchar levemente su acento.
—Debe tener sus razones, no lo voy a negar. Sería ilógico que lo hiciera por amor al arte. —Respondí deslizando mis ojos al sofá que estaba al lado de Natsuki, dónde se encontraba Rin. —No hice nada contra él en ningún momento de mi vida, menos desde tener una relación.
Ambos de una manera casi imperceptible asintieron al mismo tiempo.
—Pero es imposible desatar un nudo sin saber cómo está hecho. —Respondió Rin colocándose el índice y el pulgar para sostenerse la quijada, mirándome tranquilamente. —Él tendrá sus razones, él te conoce tanto como lo conoces, pero ¿Qué debilidad tiene Evan?
Esperó una respuesta que incluso él sabía.
—Octavious es una debilidad. —Admití. —Aina es otra debilidad...
—Y sus negociantes son otra debilidad. —Terminó Natsuki, interrumpiéndome. Me miró con gracia y una soberbia serenidad. —Eres muy joven para entender que, en la mafia, siempre debe haber un estratega de mercado. Por eso mismo, los comerciantes se vuelven mafiosos, así como los mafiosos se vuelven comerciantes. Es un equilibrio que mide la capacidad para determinar un objetivo a lograr, y uno conforma al otro.
Elevé mis cejas suavemente, curveando mis labios.
—Ha estado en la oscuridad por meses. —Negué suavemente. —Tienes razón en lo que dices, pero enfocarnos allí, sería perder tiempo que podemos utilizar en otras cosas. Evan solo tiene dos debilidades, y yo tengo tres.
Natsuki elevó sus cejas y Rin asintió nuevamente, escuchando con atención que tenía para decirle.
—Me está atacando indirectamente porque detrás de mí están los Sjøholt y él lo sabe. —Admití. —Él mismo admitió haber hecho algo en Suecia la vez que nos vimos. Hizo que Octavious propusiera tomar al clan Drovanot en honor a la familia que ya no existe. Así como fue por él mismo que Octavious ha pedido sentencia contra Houis por la muerte de Samara. No voy a atacarlo a él, porque de hacerlo, todo va a seguir igual, con la diferencia de que volveremos al principio porque con Evan está Lyzander y al no saber quién es Lyzander, no hay nada.
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Los juegos de una Traición.
Mistério / SuspenseMi vida nunca había sido perfecta. Nunca había tenido matices rosas ni momentos mágicos, todo siempre iba de la mano con una tormenta de caos que dominaba mi vida, y destruía la de quienes me rodeaban. Pero no me quejaba. Pero, no me quejaba. Siempr...