Capítulo 65 parte 1

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Kageyama estaba exhausto, no podía más, las pesadillas no cesaron nunca, no pudo dormir bien en el avión. Al llegar a Atlanta quedó impresionado de la magnitud de ese aeropuerto, incluso había un mini metro que te llevaba a los distintas plataformas, además de la seguridad excesiva cuando ibas a pasar por policía internacional, estaba prohibido sacar fotos o filmar videos, la gente hacía unas filas enormes, las guardias se seguridad eran mujeres de tes negra y muy grandes, lo intimidaron, pensó nuevamente en su naranjito "al verlas habría dicho algo así: ¡oh! Kageyama miraaaaaa, son enormes" escuchó la voz de su novio y cerró los ojos intentando calmarse.

El entrenador hacía de intérprete, entre todos los jugadores el único que no sabía ninguna palabra de inglés era Kageyama "los japoneses no habían inglés", sentenció en sus pensamientos. Algunos se reían a espaldas de él.

Hinata esperó inmóvil a que llegasen los enfermeros que Keki kun fue a llamar avisando con gestos y mímicas que su niichan había despertado. Naranjito divisó un cable transparente que subía y colgaba de algo "debe ser suero, es igual a lo que tenía en el hospital".

Corina apareció en la puerta y sonrió — Hola muchacho... voy de inmediato a ayudarte — deliberadamente no dijo 'a liberarte o a soltarte', usar eufemismos les sirve mucho a los profesionales de la salud, deben usarlos para no alterar al paciente.

La enfermera se acercó a naranjito, puso su cara a la vista del pequeño y le cerró el ojo, se movía despacio para desatar las amarras, pero antes le dijo: no te muevas rápido, deja que esté todo listo y cuando yo te indique comienzas a mover lentamente tus manos y pies — mientras hablaba lo iba soltando, primero la amarra de los brazos y pecho — mueve los dedos y luego las manos — observó como Hinata seguía al pie de la letra sus indicaciones — ahora las muñecas, eso, muy bien.

El señuelo definitivo de Karasuno tenía el cuerpo adolorido, adormecido, y con un poco de hormigueo, al moverse se acrecentaba esta sensación pero sabía que era necesario.

Keki kun observaba sentado desde la cama vecina, mecía sus piernecitas para liberar algo de tensión. Solo ayer se mudó definitivamente a esa pieza, le suplicó a la doctora Hasegawa...

— Por favor quiero estar al lado de él — dijo en el oído de la doctora, aun estando solo no se atrevía a subir el tono de su voz.

— Pero Keki kun, tú viste a Hinata... — "¿cómo lo digo?¿cómo le explico lo de los ataques del síndrome de abstinencia?" — tiene esos episodios...

Keisouke se empinó y acunó su mano cerca de su boca, la doctora se agachó — sí, lo vi, él está sufriendo y yo quiero acompañarlo, por favor... — su carita era de súplica, un hermoso niño que siempre se porta bien, que nunca pide algo, le estaba pidiendo una sola cosa, para ella fue imposible negarse, apretó el Buda dentro de su bolsillo.

— Está bien, pero siempre tienes que estar atento a las reacciones de Hinata, si él se pone agresivo aprietas el botón de pánico y escapas — "ay, espero que esta sea una buena idea, en un principio lo creí fehacientemente pero ahora dudo si es lo correcto" — si alguna vez veo que estás sufriendo o tienes mala cara o cualquier cosa que te afecte negativamente te cambiaré de pieza — se agachó y le tomó ambas manos, lo miró con mucha ternura — tú eres muy importante, demasiado, no quiero que algo malo pase, Hinata es un buen niño pero ahora no es el mismo, está enfermo y la gente enferma reacciona erráticamente, reacciona distinto a como lo harían en completa salud y créeme, Hinata odiaría hacerte daño, por esos motivos tienes que estar alerta.

— Sí — respondió afirmando con la cabeza, en el acto sus cabellos castaño oscuro bailaron como si su dueño fuese un metalero en pleno concierto de su grupo favorito, quedó totalmente despeinado.

Corina terminó de desatar a naranjito, le ayudó manejando sus extremidades para que la sangre circulara y así 'despertar' los músculos.

— Listo muchacho — sonrió afablemente.

— Gracias — exclamó avergonzado de que una persona lo haya "toqueteado" casi por completo, obviamente ese toqueteo era profesional, solo para ayudarlo.

Keki kun sonreía, estaba entusiasmado porque Hinata despertó, miró a la enfermera Corina, ansioso porque esta se fuera y los dejase solos.

Corina no se fue de inmediato, al contrario se quedó haciendo su trabajo, tomarle la presión, la temperatura, miró la bolsa de suero... "mmm, queda poco, le preguntaré a la doctora si es necesario seguir pasándole suero con ansiolíticos o le damos una dosis oral para que se pueda mover de la cama". Exactamente ese suero tenía la función de hidratarlo y de mantenerlo sedado, no a niveles en que no puedes mantenerte despierto, sino solamente destinado a bajar esa ansiedad y angustia que te produce no poder consumir lo que tu cuerpo y mente te exigen.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó mientras anotaba los datos recopilados en la ficha clínica.

— Bien dentro de todo — intentó sonreír, pero no pudo.

— Está bien, entiendo... oye ¿no tienes hambre?, estamos cerca de la hora de almuerzo — ella sí sonrió y de manera sincera.

— No, no tengo hambre — respondió sin una pizca de mentira.

— Está bien pero si llegases a tener hambre no dudes en avisarnos — miró hacia atrás — tienes otro enfermero personal, recurre a él.

Keki kun se sentó derecho en la cama, un poquito orgulloso de ser necesario e importante para alguien.

— Gracias — Hinata miró a su compañero de pieza con mucha tristeza, odiaba estar ahí y odiaba que alguien tan lindo como Keki kun estuviese ahí también.

"No sé si podré salir adelante..."


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Gracias por su apoyo incondicional  :)  . Admiro su lealtad. 

Muchas gracias. 


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⏰ Última actualización: Jan 29, 2021 ⏰

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