Capítulo 54 parte 1

597 78 48
                                    


"¡Mierda!, no pude actuar rápido, por culpa de ese imbécil creo que voy a morir... tengo que avisarle".

Sacó su teléfono, sus manos estaban temblorosas y sudorosas, tenía que concentrarse en seguir a la ambulancia, debía hacerlo, era de suma importancia tener más antecedentes, no podía llamar y no tener la información requerida.

Se lamentaba no haber ido a pie, cuando eso mismo fue lo que le ordenaron, síguelos a pie y que nada malo les pase, cuídalos con tu vida, esas fueron las órdenes de Carlos, que obviamente transmitían el deseo de la jefa pero él, como buen perezoso, prefirió ir en auto, ¿qué les va a pasar a unos mocosos de preparatoria?, nada malo, ¿no?, a lo más alguien los molestaría, eso pensó y ese fue su craso error, suponer, no seguir las órdenes, confiarse y por último no tomar una decisión en el momento crítico. Recordó que los seguía de vista, habían tres autos más adelante, pero el tránsito era expedito no los perdería, pero alguien frenó de golpe y los demás se bajaron de los autos, no podía bajarse y apuñalar al tipo ese, no podía llamar tanto la atención, también sería descubierto...

— Hola Carlos... — en su voz se notaba el desastre.

— ¿Qué pasó?, ¡HABLA! — su grito le dejó un molesto pito en el oído.

— Lo hirieron.

— ¡¿QUÉ?! — "mierda, estoy perdido, Kageyama tendrás que desaparecer ahora, por favor no se te ocurra contactarme" — habla imbécil...

— Los atacaron, un tipo, alto, fornido, no le vi el rostro...

— ¿Cómo?, ¿dónde? Y ¿cuándo?... tsk — chasqueó fuerte su lengua — más importante aún, ¿cómo está el pequeño? — "si se muere, la jefa enloquecerá".

— El niño va en ambulancia, la voy siguiendo, cuando llegue te tendré más detalles...

— No me cortes hijo de la gran puta... dime todo lo que pasó y el cómo fue que no pudiste detener el ataque...

El hombre tragó saliva — Sí...

Kageyama sostenía la mano fría de su novio, la sujetaba con ternura, pero en sus ojos sólo había pavor, "no te mueras idiota, por favor no te mueras, no te puedes morir, no me puedes dejar solo, me lo prometiste, Hinata imbécil, por favor vive, tienes que vivir para mí, tienes que acompañarme en todos los partidos de nuestra vida, me dijiste que aunque te tomara 20 años o toda la vida tú serías el que me vencería, por eso imbécil, tienes que cumplir tu palabra... amor por favor no me dejes...".

Tobio no supo en qué momento lo obligaron a soltar la mano de su naranjito, se lo llevaban adelante, él como autómata los seguía, la camilla traspasó una puerta y un brazo a la altura de su pecho lo detuvo.

— No puede ingresar.

— Pero...

— Lo siento — señaló una banca en ese pasillo frío y muy iluminado — espere ahí, por favor.

— Él es mi novio...

— No puede pasar, aunque sea familiar, lo atenderán de inmediato, por favor coopere con nosotros.

— Pero...

Lo tomó de los hombros y con cuidado lo guió hasta el asiento, lo empujó hacia abajo hasta que los glúteos de Kageyama hicieron contacto con la superficie fría.

— Por favor, quédese acá, de inmediato un médico lo vendrá a informar...

— ¿De inmediato?, ¿cuándo es eso?, yo necesito saber, tengo que avisarle a sus padres... tengo que avisar a su mamá... yo... yo... — estalló en llanto, ese llanto contenido que sólo pudo explosionar cuando la realidad se le vino de golpe.

— Cuando los médicos lo estabilicen... muchacho — endulzó el tono de voz conmovido por verlo llorar de esa forma — ¿hay alguien que te pueda acompañar en estos momentos?...

Kageyama no pensaba, no escuchó la pregunta.

— Llama a tu madre, no sé, tal vez a un amigo, oye — lo zamarreó — escucha, tienes que cooperar, llama a alguien que te acompañe, no me puedo quedar contigo, tengo que trabajar.

En el cerebro de Kageyama no aparecían nombres, ¿llamar a alguien?, ¿a quién?, en la primera persona en quien pensó a parte de su madre fue en Sugawara, no tenía su número, pero tal vez Hinata sí lo tenía. Miró al hombre con sus ojos inundados y rojos, asintió, comenzó a buscar en el bolso de su naranjito.

— Ya, te dejo muchacho, tranquilo, tu novio está en buenas manos — le palmeó el hombro y caminó con celeridad, desapareció por la puerta que tenía un cartel luminoso encendido.

Tobio encontró el teléfono de Hinata, lo desbloqueó, era tan obvia su clave, eso por un instante lo hizo sonreír, buscó el nombre de su senpai y marcó...

Sugawara y Daichi acababan de llegar a su departamento, Suga echó agua en una olla, la puso a hervir y por mientras cortaba algunas verduras, ni siquiera se había sacado el abrigo, tenía tanto frío que se puso el delantal encima de toda la ropa.

— Señor Sugawara como cambian las cosas con el tiempo, antes debajo de este delantal no había nada de ropa — Daichi lo abrazó por la espalda y besó el cuello níveo del cocinero.

— Ah jajaja Daichiii, hace mucho frío.

— Eso lo podemos cambiar — pronunció las palabras muy meloso.

— Daichi, ¿puedes contestar mi teléfono?, creo que está sonando hace rato.

— Que agua fiestas — el puchero que hizo no pudo ser apreciado por Suga, aunque estaba molesto de igual forma contestó — ¿alo?... — "¿Hinata llamando a Suga a estas horas?, que raro", pensó al mirar la pantalla.

— Sugawara san... soy Kageyama... yo perdón por llamar... Hinata, Hinata está herido, estoy en el hospital yo... yo...

Se escuchaban sollozos y unas palabras ininteligibles.

Daichi pestañeó, no estaba seguro de haber escuchado bien, "Hinata herido, hospital".

— ¡Kageyama!, respira — ordenó, se escuchaban las respiraciones al otro lado del teléfono — Soy Daichi, habla lento, te escucho.

Suga dejó de cortar los vegetales, se lavó las manos, apagó el gas y puso atención.

Kageyama comenzó a relatar lo sucedido, Daichi cada vez se ponía más pálido, Suga lo miraba con cara de pregunta, Daichi le hacía señas con la mano para que esperara.

— Kageyama, tranquilo, vamos para allá, mándame la dirección del hospital por whatsapp.

— No me sé ni siquiera el nombre del hospital — entró en la ambulancia, en ningún segundo dejó de mirar el rostro de su amor, obviamente no sabía donde estaba, sólo sabía que era un hospital.

— Eso no importa, mándame tu ubicación por whatsapp y además tu contacto, tu número de teléfono, éste es el número de Hinata, tengamos dos teléfonos por si a uno se le acaba la batería.

— Ossu.

— Vamos en camino, ¿quieres que le avisemos a alguien más?.

— No sé...

— No te preocupes, lo vemos en el camino.

— Daichi... pregúntale si ha comido algo o si quiere que le llevemos algo.

Suga escuchó hospital, pensó que alguno estaba enfermo, lo más probable Hinata, y obviamente Kageyama lo acompañó, por eso la pregunta de si había comido, nunca pensó que la situación era más grave.

Daichi le hizo 'no' con el dedo, Suga arrugó los labios, su pecho se oprimió, algo no andaba bien.

— Kageyama a penas corte mándame tu ubicación, nos vemos en unos minutos.

Daichi cortó y sonó a los segundos el whatsapp.

— Listo, Suga vamos, ponte las zapatillas — ordenó mientras él mismo se ponía el calzado.

— Sí Daichi...

— Te cuento en el camino...

——

Volemos 2 (yaoi), [kagehina] [daisuga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora