Capítulo 50 parte 2

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Daichi apretó su agarre a la bandeja de carne que llevaba, sus nudillos se pusieron blancos, se enterró las uñas en la palma, así mismo tensó el resto de su cuerpo, su oclusión a la máxima expresión, mordía tan fuerte que se le marcaban los músculos de la cara que cierran la mandíbula, una pequeña vena se asomaba en la sien, pero aún así, tenso, duro, intentó sonreír para demostrar que verlo no le afectaba, en realidad era para disimular que verlo no le afectaba, pero todos sabemos que eso no es cierto, lo que lo hizo ver un tanto patético. Kenji llevaba una caja vacía en las dos manos, esas cajas de plástico grandes donde van frutas y verduras, obviamente las acababa de acomodar, pero era lógico que no se demoraría una eternidad en hacerlo, es más, ya debería haber regresado a su pieza a estudiar, pero él quiso demorarse, al escuchar la voz de Daichi decidió quedarse y provocar un encuentro. Estaba estático en su sitio, se veía relajado, tranquilo, demasiado, como si esto lo hubiese ensayado mil veces en su cerebro. Se notaba que había perdido algunos kilos, pero esto no le quitaba esa belleza despampanante, es más, lo hacía ver un poco más vulnerable, lo único que uno podría decir que lo "afeaba" o que le quitaba esa dulzura angelical eran unas gran medias lunas de tono morado bajo sus ojos verdes. No intentó sonreír como Daichi, se mantuvo serio, con la mirada fija en las pupilas de su rival, el vencedor por lo demás, él como perdedor debía tener dignidad, necesitaba mantener el orgullo que otrora lo caracterizaba, pero sus intentos sólo quedaron en eso, intentos.

— ¿Cómo está Sugawara san? — preguntó con tono neutro y hablando formalmente al referirse a Suga, ya no le dijo 'Koushi' como lo hacía.

Tosió un poco antes de responder — Buenas noches — remarcó el saludo, dando a entender que el otro había sido descortés al no comenzar por esta simple deferencia — mi AMADO Suga está excelente — como un niño enojado, uno picado, uno que quiere herir a otro, con infantilismo resaltó el 'amado'.

Si antes con esa sonrisa fingida se vio patético esto lo hizo verse ridículo, lo malo, era que Daichi lo sabía, sabía que esa sonrisa de mentira, que el haber resaltado 'amado' eran cosas innecesarias, infantiles y ridículas, aún así no podía evitar decirlas y hacerlas, ese ser humano frente a él, era su peor enemigo, el primer enemigo que había tenido en la vida y no sabía como actuar frente a tal ser, siempre tuvo contrincantes deportivos pero jamás un enemigo, alguien que tiene la capacidad de robarte lo más importante, lo más preciado que tienes en la vida, a su Suga, a su amado mejor amigo y amante, por lo que era de verdad un niñato en su actuar.

— Me disculpo por no haber saludado antes — Kenji aún con la caja en las manos inclinó levemente su cabeza — buenas noches Daichi san — dijo sin tono de burla, lo dijo educadamente como todo un caballero.

Esta actitud madura cabreó más aún a Daichi que suspiró al sentirse inferior, al notar la diferencia de comportamientos entre ambos.

— Daichi san, me alegro de que Sugawara san esté bien, sé que no es correcto que le mande saludos, y además si lo hiciera tú jamás se los darías, pero te agradezco por informarme que se encuentra bien.

— Okey — fue su escueta respuesta, "si sabes que no se los daré y que aparte no es correcto ¿para qué mierda lo mencionas imbécil?, ¿Acaso quieres que pierda la paciencia te golpee y vayas donde Suga a acusarme?". Definitivamente Daichi se estaba pasando rollos mentales.

— Daichi san... yo... — dejó la caja en el suelo.

Mao, Yui y Chihiro estaban quietecitas, pero al ver que Kenji dejaba la caja de plástico en el suelo se alertaron, se miraron como diciéndose: 'a cualquier movimiento extraño nos interponemos', las tres entendieron a la perfección.

— yo... quiero que sepas que no me puedo disculpar contigo — su mirada era fría, penetrante y un poco desafiante.

— Andate a la m...

Volemos 2 (yaoi), [kagehina] [daisuga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora