Capítulo 31 parte 3

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Hinata llegó a la tienda, dejó su bicicleta con la cadena puesta. Ingresó dudoso, era una tienda muy grande, no sabía por donde comenzar a buscar, decidió caminar por los pasillos, miraba los estantes pero luego se le ocurrió mirar los carteles que hay arriba en los pasillos, eso lo podría guiar. Estaba sacando una brocha cuando un empleado de la tienda llega y lo mira divertido.

-    Veo que estás indeciso, ¿necesitas ayuda? – le sonrió condescendiente.

-    Sí – reconoció avergonzado – es mi primera vez viniendo a un lugar tan grande.

"Que lindo cuando dijo primera vez, su parece un cachorro" – ven yo te ayudo, dime lo que andas buscando.

Hinata así lo hizo, le costó explicar lo de esas patitas de metal que puedes mover que se ponen en la contraportada de los marcos de fotos, pero al final el empleado de la tienda entendió y lo llevó al lugar. Ya tenía todo lo necesario.

-    Gracias por su ayuda.

-    No hay de que, oye... me podrías dar tu número.

-    Esto... no estoy interesado en salir con usted.

-    Jajajaja me entendiste mal, no soy yo el interesado, es mi hermana que está en la entrada mirando escondida en ese estante, me pidió por favor que consiguiera tu número.

-    Ah ya veo – se sonrojó – pero yo no puedo dárselo, estoy enamorado de una persona.

-    ¿Ni siquiera para comenzar una amistad?.

-    Prefiero mantenerme al margen, este no es buen momento, tal vez más adelante cuando esté curado de mis heridas – se inclinó, miró discretamente, bueno no tanto, pero intentó hacerlo discreto, hacia donde estaba la hermana del sujeto, ella era linda, "antes siempre me gustaron las mujeres, Kageyama y los extranjeros fueron los primeros en hacerme sentir algo... tal vez podría fijarme en una mujer... pero ahora me es imposible, amo demasiado a ese testarudo de Kageyama... ¿cómo irá la práctica?".

El hermano miró a su hermanita y levantó los hombros con las manos hacia los lados e hizo pequeños 'no' con su cabeza, dándole a entender que la misión fue fallida. Ella suspiró y miró el suelo. Haruka Ayase iba en una preparatoria distinta a Hinata pero siempre todas las mañanas se encontraban en un cruce, ella lo miró y fue amor a primera vista, pero él siempre iba rápido en su bicicleta, incansables veces rogó al cielo que un día se lo encontrara caminando, definitivamente le hablaría, pero hoy cuando fue a buscar a su hermano, que le había prometido ir a tomar helado al pájaro azul y lo vio toda su convicción se vino abajo y no pudo acercarse, llamó a su hermano por teléfono y le pidió el favor de conseguir el teléfono de él, su hermano sabía de este amor de su hermana, siempre se llevaron bien, así que lo intentó pero fue en vano. Ella suspiró e hizo una cara de resignación, pero cuando Hinata iba saliendo de la tienda con la bolsa con los productos, una llama de valentía se apoderó de ella y se paró frente al sorprendido naranjito.

-    Hola, yo yo yo so... soy Haruka Ayase – le tiritó al voz al hablar, su rostro estaba fucsia, sus mejillas ardían, apretó los puños con sus brazos estirados a los lados - ¿cómo te llamas?.

-    Hola – Hinata estaba sorprendido, pero contestó automáticamente – soy Hinata Shouyou – le sonrió por inercia.

-    Yo yo yo quiero conocerte.

-    Esto... ¿eres la hermana de ese vendedor?.

-    Sí.

-    Es que sabes... yo estoy enamorado de una persona y no... – a mitad de la oración se dio cuenta de que no le podía decir 'corresponder tus sentimientos', porque ella aún no se declaraba, habría sido muy soberbio de su parte decir algo así, por lo que hizo una pausa para pensarlo mejor – yo no quiero malos entendidos con la persona que me gusta.

-    Yo, sólo quiero conocerte... por favor – sus ojitos se humedecieron, se estaba arrastrando, dejando de lado cualquier atisbo de orgullo.

Hinata se enterneció al verla, suspiró, "¿que hago?, debe haber reunido mucho valor para hablarme, además está tiritando y tiene los puños apretados, es como yo cuando me declaré a Kageyama, no la quiero hacer sufrir pero si le doy mi teléfono las cosas se pueden mal interpretar, le voy a dar mi facebook, total casi nunca me meto".

-    Te doy mi facebook, pero debo decirte que nunca me meto.

-    Sí, sí, por favor – su cara se iluminó y una sonrisa espontánea surgió de sus labios, sacó su celular, sus manos tiritaban cuando escribió el nombre de Hinata en el buscador de la aplicación, luego le mostró el teléfono a Hinata – ¿esta es tu foto?.

-    Sí, ese es mi contacto, agrégame.

-    GRACIAS – dijo casi al borde de la euforia.

-    Ya... me tengo que ir, nos vemos Haruka san.

-    Claro Hinata san.

Ella sonrió y se quedó mirando la espalda de él hasta que lo perdió de vista mientras él pedaleaba.

Hinata llegó a su casa, su madre y Natsu se sorprendieron de verlo tan temprano, pero les dijo que tenía permiso de ausentarse a la práctica porque debía hacer manualidades para una clase. Ellas le creyeron, naranjito fue directo al taller de su padre y comenzó a hacer su labor, le quedó bastante bien, dejó la tabla secando mientras subió por su cajón del armario. Bajó sin que lo vieran con el cajón. Martilló las pasaderas, corrió el metal, se cercioró de que todo estuviera en orden. Fue a cenar, comió sólo un poco, volvió al taller, la tabla ya se había secado, probó su experimento, fue un total éxito. Subió, pegó el paquete de estampillas y colocó la tabla, perfecto, no se notaba. Sacó un cuarto y voló antes de dormirse.

En la mañana, como es habitual luego de una dosis, le costó muchísimo levantarse, tomó un buen desayuno y Salió de su casa esperanzado en que hoy sería un buen día, cuando iba a mitad de camino, escuchó que gritaban su nombre.

-    ¡Hinata san!.

Disminuyó la velocidad de su pedaleo y se detuvo, miró hacia atrás y ahí estaba la niña de ayer, con la cara roja y los puños apretados.

-    Hola Haruka san, que tengas un buen día, nos vemos – le hizo 'chao' con la mano y siguió su camino.

-    Tú también – dijo pero no fue escuchada, su corazón aún latía con fuerza en su pecho, sonrió, hoy por primera vez la notó en su camino a la preparatoria. Todos los días de ahora en adelante lo podría saludar.

Hinata estaba estacionando su bicicleta cuando sintió una presencia avasalladora en su espalda, sintió el olor del perfume que tanto le gustaba, su corazón se aceleró, apretó los labios y cerró los ojos, "ella debe haber reunido mucho valor para hablarme, yo no debo flaquear, sonríele, háblale normal, tal vez puedas recuperar algo de su amistad y así tal vez llegue el amor de nuevo". Se giró sonriendo, una sonrisa fingida, forzada, para nada natural.

-    Hola Kageyama.

-    Hola Hinata, oye... esto... – agarró con fuerza la correa de su bolso – quiero hablar contigo.

-    Sí, claro, cuando quieras, pero tenemos que ir a la práctica matutina – "no puedo ahora, me pillas desprevenido".

-    Tienes razón, ¿puede ser en la hora de almuerzo?.

-    Claro – le volvió a sonreír mientras su corazón sangraba de dolor.

Antaño, habrían corrido por ver quien llegaba antes, pero ahora Kageyama iba caminando normalmente y Hinata iba unos pasos más atrás, no se atrevía a caminar a su lado. "¿De qué querrá hablar?"...

Volemos 2 (yaoi), [kagehina] [daisuga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora