Capítulo 27 parte 4

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Lo depositó con sumo cuidado, como si de un objeto invaluable se tratara. Suga no soltó el cuello de su amado arrastrándolo con él. Daichi se afirmó con los brazos, cada uno a los lados de la cabeza de su amado, lo miraba hacia abajo con ternura.

Suga en un minuto recordó lo vivido con Kenji, lo que sintió al ser tocado por él, se le erizó toda la piel pero pudo desviar el pensamiento y concentrarse en el hombre que tenía al frente, el hombre por el cual estaba totalmente enamorado. Daichi bajó con lentitud y se comió los labios de Suga que sólo pudo corresponder el beso, sus lenguas danzaban frenéticamente, sus respiraciones eran cada vez más profundas y rápidas, los brazos de Daichi se doblaron y todo su cuerpo y peso cayó sobre el cuerpo de Suga el cual abrió las piernas dejando espacio para su amado. El moreno comenzó a acariciar el vientre níveo de Suga, su mano recorría esos músculos bien formados y marcados, se deleitaba con su tacto. Suga por su parte, con sus manos acariciaba la espalda baja de Daichi, sus dedos cada vez bajaban más hasta llegar a esos glúteos redondos y turgentes que tanto placer visual le ofrecían, los agarró con pasión y presionó contra sí mismo para pegar aún más sus cuerpos.

-    Suga desvístete – le dijo con voz seductora – hazlo rápido.

-    Como ordenes Daichi...

Daichi se giró y cayó al lado derecho de Suga, que obedientemente se estaba quitando el polerón y el pijama, mientras por su parte Daichi igualmente se desvestía. Suga miró hacia el lado, observó aquel cuerpo hermoso de su amado, lo saboreó con la mirada, por Dios que lo amaba, no sabía como pudo reaccionar con el roce de otro hombre, no lo entendía, y eso lo atormentaba, se sentía culpable, pero rápidamente alejó ese pensamiento.

-    Suga eres tan perfecto – le dijo Daichi con un exquisito tono de excitación que avivó la llama del de cabellos plata.

Suga no respondió, sólo actuó, totalmente desnudo gateó hasta las piernas de Daichi, se posicionó frente a él, le tomó ambas piernas y las separó, su entrepierna quedó expuesta, su miembro ya estaba despierto, firme, listo para ser atendido, Daichi observaba el movimiento de su novio, como éste se preparaba, Suga agachado, de rodillas, con los codos en el futón y el derrière levantado, inclinó su cabeza acercándose al miembro erecto de Daichi, antes de succionar, antes de hacer cualquier tipo de contacto lo miró directo a los ojos, Daichi sintió la intensidad de la mirada de Suga, y por primera vez supo que no tendría el mando de lo que sucediera, dejaría todo en manos de su amado vicecapitán. Suga se relamió los labios sin apartar la vista de los ojos de su amado, con su mano derecha sujetó el eje del moreno, lentamente bajó, lo primero que hizo fue con su lengua acariciar todo el contorno del eje. Daichi se deshizo en placer, estaba afirmado por los codos y antebrazos, con su cabeza erguida para poder observar a su novio pero al primer contacto no aguantó y echó su cabeza hacia atrás justo cuando se le escapó el primer gemido. Suga abrió su boca, rodeó sus dientes con sus labios e introdujo casi la totalidad de la extensión del miembro de su amado dentro de su húmeda cavidad oral. Subía y bajaba con parsimonia, mientras lo hacía jugaba con su lengua por toda la extensión, no era capaz de llegar hasta los cabellos rizados de Daichi pero hacía su mejor esfuerzo y daban resultados, esto lo sabía al escuchar los lindos gemidos que salían de la boca de su capitán, se ayudó su mano derecha para hacer más profundo el movimiento, aumentó la intensidad y rapidez. Tenía los ojos abiertos para observar las reacciones de su amado. De un momento a otro la imagen cambió ya no era Daichi, su amado capitán, no, ahora era Kenji el que estaba ahí recibiendo su felación, fue tal el shock, el impacto, que se detuvo para pestañear repetidas veces.

-    ¿Suga?... ¿te cansaste? – preguntó Daichi mientras enderezaba su cabeza.

-    Ah jajaja no, es que... - no supo que decir, por lo que atinó a continuar...

-    Suga lo haces espectacular...

Suga se puso en alerta, lo que pasó no era una buena señal, para nada, es más, fue como un relámpago antes del trueno, algo que avisaba que estaba en problemas, intentó por todos los medios alejar la imagen, seguía subiendo y bajando pero su mente ya no estaba concentrada...

-    Suga ya es suficiente, te quiero para mí – Daichi se acomodó.

El vicecapitán de karasuno se detuvo, estaba pálido, más de lo normal.

-    Amor, ¿te sientes bien?.

-    Ah jajaja sí Daichi.

-    Entonces ven, acuéstate.

-    Sí Daichi – se acostó.

Daichi se sorprendió al ver el cuerpo de su amado, ya que el miembro de éste no estaba erecto, pero creía recordar que hace sólo unos minutos sí lo estaba...

-    Amor... ¿te sientes bien? – preguntó preocupado - ¿ya no tienes ganas?.

-    No es eso... es que... no sé...

-    Es primera vez que pasa algo así, ¿no estarás enfermo?.

-    Ay Daichi, no me hagas sentir más incómodo de lo que ya estoy... perdón...

-    Sólo me preocupo por ti amor, eso es todo, si quieres que nos detengamos, me detengo.

-    No Daichi, no quiero eso, sigue... por favor...

-    Está bien amor, pero si llegas a sentirte mal no dudes...

-    Ya Daichiiii, no sigas... - dijo tapándose el rostro.

-    No hagas eso, nunca tapes tu rostro.

-    Sí Daichi – sacó las manos dejando al descubierto su rostro sonrojado.

-    Te amo mucho señor Sugawara.

-    Y yo a ti señor Sawamura.

Daichi repitió el acto que le habían hecho a él tratando de estimular el miembro de su amado y lo logró, gracias a que Suga estaba poniendo todo su parte para ello, tenía que concentrarse mucho o si no su mente le jugaría una mala pasada otra vez...

El capitán de karasuno abrió las piernas de su novio, las puso en altura para que se afirmaran en sus hombros, con su mano derecha asió su eje y lo colocó perpendicular a la entrada de su amado, se acordó de lubricante que compró esa vez y se escabulló a buscarlo dejando a Suga con cara de interrogación, volvió de inmediato, y ahora con el lubricante en mano introdujo su eje con parsimonia dentro del canal de Suga, lentamente, con cuidado y aprehensión, Suga se relajó, se dejó amar por Daichi, se repetía en su cabecita, "Daichi, Daichi... es Daichi... Daichi, Daichi... es Daichi". El moreno ignorante del rollo mental de su amado, disfrutaba de hacer el amor, cada vez que presionaba eran una descarga de placer, que recorría toda su espina dorsal, si se pudiera ver sería como electricidad por todo su cuerpo, apuró el ritmo de las estocadas, jadeaba con la boca semi abierta y los ojos entrecerrados, el sudor y el calor se apoderó de ambos, Daichi agarró el miembro de Suga y comenzó a masturbarlo a la vez que lo penetraba, Suga ya estaba comenzando a disfrutar, estaba dejándose llevar por su amado, por las sensaciones conocidas, por los roces habituales, por esa complicidad y cercanía de ambos, Daichi sabía, era experto en encontrar el punto de mayor placer de Suga.

El de cabellos plata gemía fuerte, se olvidaron de las vecinas, se olvidaron del mundo, sólo estaban ellos en este preciso instante, el ahora, nada más importaba.

-    Suga... ¿te vienes conmigo?... yo estoy a punto...

-    Sí Daichi... sí...

Suga se concentró al máximo"Daichi... Daichi... Daichi... Daichi..." segundos antes de irse la palabra que cruzó su mente fue "Kenji"...

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Muchas gracias por seguir la historia, me alegran el día!!!
Un abrazo rompe costillas!!!
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Volemos 2 (yaoi), [kagehina] [daisuga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora